Desentrañando la Realidad en ‘La Fundación’: Un Viaje a Través de la Mente de Tomás

Estructura Narrativa y Simbolismo del Espacio

En la segunda parte, Tomás irá recordando el motivo de su encarcelamiento y se desvelará el misterio. Desde el comienzo hay indicios de que algo extraño ocurre. Cada parte abarca aproximadamente tres días de acción.

Espacio y acotaciones: La parte escenográfica es uno de los aspectos más destacados de la obra. El escenario irá cambiando paulatinamente. El espacio es un espacio soñado, irreal, que irá conduciendo al espectador hasta el espacio real. El escenario se sitúa en la mente de Tomás. Toda la acción transcurre en un único espacio. Las acotaciones serán fundamentales. Se destaca la aparición y desaparición de objetos y elementos que llevarán al espectador desde la habitación de una cómoda fundación a una celda de prisión. La primera parte se desarrolla en una estancia cómoda y confortable: camas, frigorífico, teléfono, televisor, la puerta hacia un baño independiente, etc., sirven para apoyar el proceso de transformación que se va a producir en el escenario conforme Tomás va recobrando la razón. La segunda parte va desvelando el enigma y se producirá el retorno a la cruda realidad. La escenografía cambia a la mísera celda de una prisión. Todo el apacible entorno anterior se verá transformado en un cambio paulatino. Los cambios de decoración nos van llevando de la alucinación a la verdad. Al final de la obra, la celda se transforma de nuevo en la lujosa habitación de una fundación lista para recibir a nuevos inquilinos.

Análisis Profundo de los Personajes

Personajes: Los personajes son cinco, claramente individualizados. Representan distintas zonas del subconsciente de cada individuo que van aflorando en situaciones límite. Todos están condenados a muerte y encerrados en una celda en espera de su ejecución. El protagonista es Tomás, y en él recae todo el peso de la acción y el problema de desdoblamiento de la personalidad. Tiene unos 25 años. Ha transformado la realidad para poder soportarla. Gracias a Tomás, los espectadores conocen el significado pleno del drama. En su locura, cree que el compañero muerto aún vive y que su novia, Berta, reside en otro pabellón de la “Fundación”. Poco a poco, irá percibiendo la dolorosa realidad.

  • Asel: Un personaje tan bien trazado que a veces llega a eclipsar al propio protagonista. Es el mayor de todos, el más maduro y reflexivo. Representa la fuerza de la ideología, de soñar con un mundo mejor. La defensa de su causa lo lleva a salvar la vida de sus compañeros a costa de la suya propia. Es un ingeniero, razonador y práctico.
  • Max: Viene a ser el contrapunto de Asel, la indignidad y la ruptura de unos ideales. Se caracteriza por su bajeza moral. Es débil ante el peligro. Se descubre que es el delator de sus compañeros de celda.
  • Lino: En la mente de Tomás aparece como ingeniero. Muy impulsivo. Intenta decirle la verdad a Max, pero de una forma violenta. Es menos comprometido, aunque representa la decisión.
  • Tulio: Un fotógrafo que conserva su oficio en la mente de Tomás. Es el primero que llevan a ejecutar. Antes de morir, le dice a Tomás que deje de soñar despierto y vuelva a la realidad. Representa la intransigencia, pero también la ensoñación. Su intransigencia queda compensada por su personalidad soñadora.
  • Berta: Un personaje atípico, ya que solo es fruto de las alucinaciones de Tomás. Todo lo que expresa es lo que Tomás empieza a intuir o temer. Es un refugio para él.

Otros personajes abren la perspectiva de la celda a un horizonte más amplio de solidaridad humana. Son los “compañeros a toda prueba”, o los “barrenderos de la galería”, o el “cojo de la celda de enfrente”. También aparecen otros personajes sin nombre: el encargado, el hombre. Este último será el compañero “enfermo” hasta que se descubre que lleva muerto seis días y lo están ocultando para poder repartirse la ración de comida que le correspondía.

El Poder del Efecto de Inmersión en la Obra

Efecto de inmersión: Un procedimiento técnico es el denominado efecto de inmersión. La inmersión supone incorporar a los espectadores al proceso de ficción. Los hace entrar en la metáfora escénica que equipara la prisión a una acogedora fundación académica. El mal no es individual, sino colectivo. La inmersión obliga a una dramaturgia muy compleja basada en efectos sonoros, lumínicos y plásticos. Toda la obra está envuelta en este efecto técnico. Nuestra percepción de la realidad queda limitada a la del propio Tomás. El público es cómplice del personaje alucinado y comparte sus mismas experiencias. Cada transformación del espacio revela un fragmento de lo real. Es un proceso de subjetivización. El autor hace participar a los espectadores de esa enajenación. Los espectadores quedan implicados: “todos somos prisioneros”.

Berta es un desdoblamiento de la personalidad de Tomás, supone la primera y más importante ruptura del sistema establecido en su alucinación y es un reflejo del subconsciente que experimenta así los primeros momentos de claridad. Los efectos de inmersión apuntan hacia una definición del mundo como algo engañoso. Por medio de esta técnica, Buero denuncia lo pobre y equívoco de nuestra sociedad. En ese sentido, los hologramas pueden interpretarse en dos direcciones: no se puede creer en lo que se ve, todo es una ilusión óptica, un holograma. Es un modo de poder superar la miseria en la que se encuentran, supone la esperanza de un mundo mejor.