El Entierro del Señor de Orgaz: Una Mirada Profunda a la Obra Maestra del Greco
Contexto Histórico y Encargo de la Obra
Tras una década en Toledo, y a pesar de los contratiempos con la catedral por El Expolio de Cristo y con Felipe II por El Martirio de San Mauricio, El Greco se había ganado una notable reputación en la ciudad. La élite eclesiástica lo consideraba su pintor predilecto, encargándole gran parte de las obras en la Ciudad Imperial. Así nació la obra cumbre de Doménico: El Entierro del Señor de Orgaz.
La pintura, destinada a la iglesia de Santo Tomé (donde El Greco era feligrés, residiendo cerca en las casas del Marqués de Villena), fue comisionada por el párroco Don Andrés Núñez de Madrid. El protagonista del lienzo es Don Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz (no Conde, ya que sus descendientes obtuvieron el condado en el siglo XVI). Este noble, que vivió entre los siglos XIII y XIV, destacó por sus obras de caridad y donaciones a instituciones eclesiásticas toledanas.
Gracias a Don Gonzalo, los monjes agustinos de la parroquia de San Esteban se trasladaron a un lugar donado por él para construir una nueva iglesia. Al morir en 1323, Don Gonzalo pidió ser enterrado en su parroquia, Santo Tomé. Durante su entierro, aparecieron milagrosamente San Esteban y San Agustín para depositarlo, momento que El Greco inmortalizó.
La razón de la obra se remonta al legado de Don Gonzalo, quien dejó rentas de la villa de Orgaz a la iglesia de Santo Tomé. Estos pagos anuales se cumplieron hasta 1564, cuando Orgaz cesó la donación. Don Andrés Núñez, párroco de Santo Tomé, litigó contra la villa y ganó, usando las ganancias para mejorar la capilla funeraria de Don Gonzalo, incluyendo la pintura de El Greco. El contrato se firmó en 1586, detallando la composición.
Análisis Detallado de “El Entierro del Señor de Orgaz”
La obra, un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones (460×360 cm), se divide en dos partes:
- Zona Inferior (Terrenal): Representa el milagro en el siglo XVI, presenciado por nobles toledanos contemporáneos de El Greco. Se destacan:
- Don Gonzalo, en el centro, siendo depositado por San Agustín (vestido de obispo) y San Esteban (como diácono, mostrando su martirio en la casulla).
- Un niño (posiblemente Jorge Manuel, hijo del Greco, nacido en 1578) con una antorcha.
- Don Andrés Núñez de Madrid, párroco de Santo Tomé, con las manos abiertas y mirando al cielo.
- Dos sacerdotes adicionales: uno leyendo el Libro de Difuntos y otro con la cruz procesional.
- Figuras de franciscanos y agustinos, representando las órdenes religiosas más importantes de la ciudad.
- Nobles toledanos, vestidos de negro, con manos expresivas y rostros que reflejan la aceptación de lo sobrenatural. Se han identificado a Don Diego de Covarrubias y su hermano Antonio, un posible autorretrato del Greco, y Don Juan de Silva.
- Zona Superior (Celestial): Representa la Gloria, donde el alma de Don Gonzalo asciende. Se organiza en un rombo, con movimiento ascendente hacia Cristo, vestido de blanco (símbolo de pureza). Otros elementos incluyen:
- La Virgen María, con sus colores tradicionales (azul y rojo), simbolizando eternidad y martirio.
- San Juan Bautista, como intercesor.
- Una “Deesis”, representación habitual en el arte bizantino.
- San Pedro con las llaves de la Iglesia, querubines, ángeles y otros santos.
- San Pablo, Santo Tomás (con una escuadra) y Felipe II.
Ambas zonas se conectan a través de la luz (que proviene de la parte superior), personajes que miran hacia arriba (el párroco, el Protonotario Mayor, etc.), la Virgen mirando hacia abajo y la cruz procesional que se eleva. Técnicamente, El Greco usa manchas de color, aprendidas en Venecia, con ausencia casi total de dibujo. Los trajes de los nobles se logran con manchas negras, rostros y manos enmarcados por golillas y puños blancos.
Análisis de “La Adoración de los Pastores” del Greco
Identificación y Contexto
- Título: La Adoración de los Pastores
- Autor: El Greco
- Cronología: 1610
- Localización: Museo del Prado, Madrid
- Estilo: Renacimiento español (Manierismo)
- Materiales: Óleo sobre lienzo
Contexto Histórico del Renacimiento
El Renacimiento, iniciado en Florencia a principios del siglo XV, transformó la concepción y función del arte. Los pioneros fueron Brunelleschi (arquitectura), Donatello (escultura) y Masaccio (pintura). Los mecenas, como los Medici, jugaron un papel crucial, protegiendo a los artistas y coleccionando obras, aumentando así su prestigio social y poder político.
El arte pasó de ser anónimo a ser firmado, y el artista ganó reconocimiento social. La actividad artística se convirtió en una actividad intelectual, no solo manual.
Características clave del Renacimiento:
- Retorno a la antigüedad grecorromana.
- Nuevo concepto de belleza.
- Importancia de la perspectiva.
- Estudio de la anatomía.
- Temática: mitos clásicos, paisajes, desnudos y retratos.
El Greco: Vida y Estilo
Doménicos Theotocópulos, El Greco, nacido en Candía (Creta), fue un erudito y amante de la literatura clásica y contemporánea. Además de pintar, diseñó esculturas y arquitectura. Firmaba contratos detallados con sus clientes y su taller era un centro intelectual en Toledo.
Características generales del estilo del Greco:
- Estilización y abstracción.
- Evolución desde un estilo dibujístico hacia una técnica de manchas de color y efectos de luz.
- Manierismo personal, combinando misticismo e impresionismo.
- Ruptura con el dibujo, aplicando color con pinceladas anchas y libres.
- Personajes desmaterializados y espiritualizados:
- Sacrificio de la anatomía y proporciones en favor de la expresión.
- Figuras alargadas, estilizadas, distorsionadas, serpenteantes.
- Actitudes inestables, escorzos fuertes.
- Vestidos flotantes, incrementando la sensación de delgadez.
- Fondos: supresión de paisajes, reemplazados por celajes tormentosos.
- Composiciones manieristas, dinámicas, con gestos y cuerpos ascendentes. Representación de múltiples escenas a distintas alturas.
- Colorido: predominio de gamas frías (grises, verdes, azules), carmines, amarillos.
- Iluminación: luces artificiales, sin foco definido, con fuertes contrastes.
- Temas principales: obras religiosas y retratos.
Análisis de “La Adoración de los Pastores”
La obra muestra figuras con una convulsión espiritual, luces irreales (el Niño Jesús y focos exteriores) y colores vibrantes. Un cordero atado en primer plano prefigura el sacrificio de Cristo.
Pintada en su última etapa, la más personal y expresiva, presenta un formato alargado con figuras estilizadas hasta la desproporción. El Greco rompe con los convencionalismos clásicos y renacentistas, creando un mundo arrebatado y sugestivo, usando el manierismo para expresar un fervor místico.
Las figuras se agitan con convulsión espiritual, las luces son irreales (el Niño es la principal fuente de luz), y los colores son vibrantes y tornasolados (técnica de colores complementarios yuxtapuestos). La luz se antepone al color y al dibujo. La composición se cierra con los pastores en la parte terrenal y los ángeles en la celestial.