El Matrimonio Arnolfini y el Jardín de las Delicias: Obras Maestras de la Pintura Flamenca

El Matrimonio Arnolfini (1434)

Jan van Eyck

Obra: El Matrimonio Arnolfini
Año: 1434
Técnica: Óleo sobre tabla
Estilo: Gótico flamenco
Ubicación: National Gallery (Londres)

La escena se desarrolla en el interior de una habitación. El espejo en la pared del fondo marca el eje de simetría compositivo, en confluencia con la lámpara del techo y el perro. El pintor hace confluir en él diferentes líneas de fuga de la perspectiva —destacadas visualmente por las vigas del techo y las tablas del suelo de madera— que dan al lienzo un efecto tridimensional y profundidad. Para subrayarla, el espejo refleja la escena desde un punto de vista opuesto al del espectador y amplía el espacio pictórico, que abarca incluso el ámbito del pintor e hipotéticos testigos de la escena detrás —un nuevo plano invisible (lo que tienen delante los esposos).

La composición equilibrada, en la que ambos personajes crean un espacio intermedio al que tiende nuestra mirada, también contribuye al predominio de tonalidades cálidas (rojo de las cortinas y cobertores, marrón de la capa del mercader), a excepción del verde del vestido. La construcción conceptual del tema y el espacio da lugar a un movimiento escénico casi nulo y muestra una imagen rígida, teatral y poco espontánea. Predomina la línea sobre el color (corporeidad y solidez casi escultóricas), lo que permite plasmar incluso el más mínimo detalle gracias a la técnica del óleo aplicada con plumillas.

La luz entra suavemente por la ventana de la habitación y, con precisión realista, ilumina a la esposa y deja en penumbra la parte izquierda del lienzo.

El Jardín de las Delicias (1500-1505)

El Bosco

Obra: El Jardín de las Delicias
Año: 1500-1505
Técnica: Óleo sobre tabla
Estilo: Gótico flamenco
Ubicación: Museo del Prado
Tema: Religioso. Representación personal del mundo a través de una triple secuencia: creación del paraíso, jardín de las delicias e infierno.

El Paraíso

En la tabla de la izquierda, se representa el paraíso con Adán y Eva recién creados por Dios en medio de un jardín espectacular con animales variados, rocas fantasmales, flora original y una imaginativa fuente de la vida.

El Infierno

En la tabla derecha, se representa el infierno. Los condenados, protagonistas de diversos pecados, sufren tormentos en medio de un paisaje desolado, en llamas, amenazante y lleno de seres horrendos que los devoran, aplastan y asesinan. En el centro se encuentra el hombre-árbol, quien, sin ano y con sus brazos en forma de troncos secos y sus manos como botes flotantes, contempla lo que sucede en sus entrañas. Sobre su cabeza, un disco con demonios y sus víctimas en torno a una gaita. En el ángulo inferior derecho aparece Lucifer como un monstruo con cabeza de pájaro y pies de vasijas que engulle cuerpos para después defecarlos en un orinal desde donde caen a un pozo. En él, el glotón (gula) es obligado a vomitar y un individuo defeca monedas (el dinero no sirve en el infierno). Al lado, la dama orgullosa (soberbia) se ve obligada a reflejar sus encantos en las nalgas de un diablo. En un lago, los patinadores caen y se hunden. Encima, un caballero con armadura (ira) es atacado por una jauría. Puede tratarse también de sacrilegio, pues se aferra a un cáliz de oro. Un tanque infernal, formado por dos orejas y un filo, avanza sobre los condenados y los aplasta. Incluso los instrumentos musicales sirven de armas terribles para ejecutar a los malditos. Los personajes situados en primer término parecen condenados por el juego y las tabernas, ya que portan dados, naipes y tableros de juego.

El Jardín de las Delicias

La tabla central nos muestra una complicada escena con cientos de personajes en actitudes “muy interesantes”. En un estanque circular, un grupo de mujeres desnudas se da un baño y son contempladas por un numeroso grupo de jinetes, también desnudos, que cabalgan alrededor. La escena es explícitamente sexual (montar un caballo es un símil de realizar el acto sexual) y los caballeros pretenden tener relaciones carnales con las damas (la más atrevida ya está saliendo del agua). El fondo está ocupado por unas imaginativas estructuras absolutamente fantasiosas y surrealistas. En todo el paisaje, vemos animales y frutos con tamaños desmesurados y hombres y mujeres, todos desnudos, entregándose febrilmente a todo tipo de placeres carnales. La lujuria lo invade todo; no hay niños, sólo adultos muy pálidos con algún negro para contrastar. El Bosco utiliza un punto de vista muy alto (como si estuviésemos observando desde una torre) y así se ve mucho paisaje; el horizonte queda muy lejano. Los colores son muy variados y estridentes, lo que, junto con lo representado, acentúa la sensación de sueño fantástico que impregna todo. La perspectiva se consigue empequeñeciendo lo que se encuentra lejos. Se hace hincapié en el movimiento de los personajes y en una representación realista de los mismos. Algo muy típico de los pintores holandeses y flamencos del Renacimiento es la minuciosidad en los detalles, hasta el punto de que con una lupa podríamos observar minúsculos detalles que a simple vista pasan desapercibidos.

Interpretación de la Obra de El Bosco

El Bosco es uno de los pintores más misteriosos de toda la historia del arte y no es fácil interpretar sus obras. Podemos decir que la tabla izquierda significa la inocencia del hombre en el momento de la creación. La tabla central podríamos definirla como un sueño erótico desenfrenado, ya que la lujuria era considerada en la época como el origen de todos los demás pecados. Esta entrega al erotismo la pagarán cara en la tabla de la derecha, donde el infierno les espera. En esta pesadilla, demonios y monstruos trabajan a destajo para infligir horrorosos tormentos a los condenados. Muchos animales tienen un significado oculto: el pájaro, la libertad; el mono, el placer sexual; el perro, la fidelidad, etc.