La Puerta Preciosa de la Catedral de Pamplona
Contextualización
El arte gótico se desarrolla entre los siglos XIII y XV. Constituye la expresión artística de los cambios materiales e intelectuales que experimenta la Europa bajomedieval, consecuencia del renacimiento de la vida urbana. Este renacimiento incrementa el dinamismo económico y el protagonismo de una nueva clase social, la burguesía, que imprime en el occidente cristiano nuevos intereses y valores. Esto origina la evolución de las concepciones religiosas e intelectuales, destacando la lenta recuperación del humanismo como consecuencia de la valoración y el interés por lo mundano o terrenal. El gótico supone nuevas concepciones estéticas en las artes plásticas, en beneficio de un lenguaje basado en la realidad natural.
En la España cristiana, en el Reino de Navarra, existe una intensa actividad artística que muestra una profunda relación con los modelos franceses, imponiéndose un estilo sobrio, purista, equilibrado y sin excesos. La catedral de Pamplona (siglo XV) es el mejor ejemplo del gótico navarro, y su claustro forma un conjunto de gran calidad y belleza, con una gran riqueza escultórica y relevantes portadas, como la Puerta Preciosa.
Esta es la última de las grandes portadas del claustro. Estilísticamente, se identifica con un autor desconocido de origen francés, realizada en la segunda mitad del siglo XIV.
Identificación de la obra
La portada de la Puerta Preciosa es una de las obras más interesantes de la escultura monumental gótica navarra. Reproduce, a través de alto y mediorrelieves, un complejo programa iconográfico mariano.
Se pueden distinguir distintos conjuntos escultóricos:
- Las dos arquivoltas: la exterior, de ángeles sobre nubes, y la interior, con las vírgenes prudentes individualizadas por doseletes.
- En las jambas: se representa la Anunciación, con dos esculturas de bulto redondo del Ángel y la Virgen, protegidas por dos doseletes.
- El tímpano y el dintel: dividen el espacio escultórico en cuatro registros horizontales en altura. Se narra una secuencia narrativa de escenas que representan la muerte de la Virgen:
- En la franja interior, se representan cinco escenas que narran la comunicación de la inminente muerte de la Virgen.
- En el segundo registro, se representan también cinco escenas relacionadas con la preparación y comunicación de la Virgen.
- En la tercera franja, se representan dos escenas que narran la Dormición y Asunción de la Virgen.
- En el último registro, la narración termina con la Coronación de la Virgen.
Esta obra nos acerca a la función religiosa didáctica, para transmitir a la población los valores sobrenaturales y las verdades de la fe.
Análisis formal
Los relieves de esta puerta se identifican con el realismo idealizante, caracterizado por:
- La composición de las escenas destaca por su intenso sentido narrativo, regido por los principios del orden y la claridad. El autor muestra destreza en la disposición equilibrada de los grupos y los personajes: búsqueda de la claridad a través de la simetría, del empleo de recursos como gestos, miradas u objetos para centrar la escena, además de una valoración del vacío.
- No existen preocupaciones espaciales, sino que las figuras se disponen sobre un fondo plano, empleando una perspectiva en altura con la que sugieren efectos de profundidad.
- El tratamiento de la figura humana se inscribe dentro del realismo gótico: cuerpos proporcionados, con una correcta anatomía y perfecta volumetría conseguida a través de los ropajes.
- En las figuras del tímpano, se emplea un canon corto y los cuerpos tienen una forma más sintética; la figura humana recibe un tratamiento genérico.
- Las figuras de las jambas destacan por su carácter clasicista y estilizada elegancia: cuerpos esbeltos y proporcionados, con marcada volumetría.
- El gótico tiende a la representación humanizada de los personajes: las figuras ganan en expresividad, reflejan sentimientos y se comunican a través de las miradas y gestos, buscando promover emociones. Se trata de una expresión contenida, serena e ingenua. Se destierra la frontalidad y el estatismo, en beneficio de un dinamismo conseguido a través de una gran riqueza de actitudes y posiciones.
- Este realismo va unido a una cierta idealización de la realidad, buscando la belleza formal, el equilibrio y una serena majestuosidad en las figuras, evitando exageraciones.
En resumen, el autor de esta portada manifiesta una personalidad definida por la elegancia, naturalidad, orden, sensibilidad, etc.
Conclusión
Esta obra es una magnífica muestra de la plástica gótica y de la estrecha relación existente entre los valores estéticos y las creencias de la sociedad bajomedieval, en la que la mentalidad burguesa favorece una apertura al mundo material y al humanismo. Se trata de acercar el mensaje religioso y suscitar la devoción mariana a través de un lenguaje accesible, basado en la realidad y las emociones.
El Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck
Contextualización
El arte gótico, entre los siglos XIII y XV, es la expresión artística de los cambios materiales e intelectuales de la Europa bajomedieval respecto a la época feudal. El renacimiento de la vida urbana favorece el dinamismo económico y el protagonismo de la burguesía, así como la evolución de las concepciones religiosas y los valores. Se produce una lenta recuperación del humanismo, como resultado de la valoración y el interés por lo mundano o terrenal.
La pintura sufre una renovación durante el gótico, al producirse la paulatina superación del estilo simbólico y antinatural propio del románico. Surge un nuevo lenguaje estético interesado en la captación de la realidad natural y humana, que luego será desarrollado por el Renacimiento. En el siglo XV, la región de Flandes, cuyas ciudades constituyen uno de los focos más dinámicos de la economía europea, ve formarse la llamada escuela de los primitivos flamencos, cuyo rasgo dominante es la consecución de la perfecta captación de la realidad natural. El realismo flamenco está íntimamente unido al espíritu burgués imperante en esta sociedad; la obra sirve como instrumento para reflejar fielmente la realidad material, el esplendor y la riqueza del entorno de la sociedad burguesa.
Jan van Eyck es el iniciador y uno de los máximos representantes de la escuela.
Identificación
Se trata de un pequeño cuadro pintado sobre tabla, un nuevo género pictórico desarrollado en esta escuela. Desde el punto de vista temático, es un retrato de cuerpo entero de una pareja perteneciente a la acomodada burguesía flamenca: Giovanni Arnolfini y su mujer, Giovanna Arnolfini. Este género pictórico adquiere gran importancia en esta escuela, como reflejo del deseo de perpetuación e individualización burgués. El tratamiento iconográfico presenta una gran originalidad:
- La obra es un verdadero cuadro de género, por la inserción de los retratados en su entorno cotidiano, que aparece reproducido con todo detalle y nos muestra el confortable nivel de vida de esa burguesía.
- La obra representa la celebración del matrimonio de la pareja y pretende ser el testimonio de sus esponsales.
- Bajo la apariencia de un retrato interesado por reproducir una realidad física, esta obra encierra un profundo sentido religioso: es una alegoría del sacramento del matrimonio, a través del significado simbólico de los elementos representados: la vela (unión), el espejo y los rosarios (pureza), el perro (fidelidad), las frutas (inocencia y felicidad) y el vientre abultado (fertilidad).
Desde el punto de vista técnico, en la obra se aplica la técnica del óleo, cuyo perfeccionamiento y uso generalizado corresponde precisamente a Jan van Eyck. Por su transparencia y su lento secado, el óleo permite la consecución del realismo óptico y el protagonismo de los valores cromáticos y lumínicos en la pintura.
Análisis formal
Esta pintura sintetiza los valores más relevantes de los lenguajes estéticos de la pintura de los primitivos flamencos, y el de Van Eyck se define por la búsqueda de la fiel reproducción de la realidad natural:
- El naturalismo en el tratamiento de las formas:
- Perfecta representación de la figura humana.
- Interés por la realidad, reproducción de todo tipo de objetos y ambientes de la vida cotidiana.
- Van Eyck huye de excesos expresivos, imperando en un lenguaje equilibrado, tranquilo y armonioso.
- Extrema minuciosidad y detallismo en la representación de la realidad: precisión extrema, como una forma de reivindicar la importancia del entorno humano. Total ilusionismo óptico y una magnífica captación de calidades, de las texturas de los objetos, gracias a las posibilidades del óleo.
- Equilibrio y simetría: la escena se reorganiza a partir de un eje central que parte de la lámpara, continúa en el espejo y se prolonga en las manos y el suelo.
- Plena captación del espacio tridimensional mediante el empleo de diferentes recursos para crear la sensación de profundidad: la escena se desarrolla en un ambiente real, el interior de una confortable vivienda burguesa, donde se consigue sugerir perfectamente la sensación de espacio tridimensional mediante la aplicación de la perspectiva. Además, la disposición de los objetos va marcando diferentes planos de profundidad, y esta se acentúa mediante el espejo del fondo. La luz que envuelve la escena contribuye a unificar el espacio.
- El protagonismo de los valores cromáticos y lumínicos:
- Riqueza del color, consiguiendo variadas graduaciones mediante el sistema de transparencias del óleo.
- Variada gama cromática, armonizando los rojos y marrones.
- Protagonismo de la luz, que recibe un tratamiento muy natural. Se crea un suave juego de luces y sombras.
Conclusión
A través de la obra de Van Eyck, se pueden apreciar los logros o conquistas que la pintura gótica ha alcanzado en su etapa final, y que, en esencia, giran en torno a la búsqueda de la resolución de los problemas que conlleva la representación de la realidad.