Estrategias de Valle-Inclán para la Estética del Esperpento
A continuación, se detallan los procedimientos que utiliza Valle-Inclán para lograr la estética del esperpento:
a) La degradación de los personajes
Valle desmonta a sus personajes y los imposibilita para ser héroes. Los muestra como seres ridículos. Para conseguir que reflejen esa situación de degradación colectiva, Valle realiza varias operaciones esperpentizadoras: **desclasar**, **deshumanizar** (cosificar, animalizar) e **idiotizar** a sus personajes:
**Desclasar**: Todos, sean de la condición social que sean, son golfos, ignorantes y con una tremenda desidia. Todos comparten el mismo nivel de miseria moral, practican o amparan el robo y se aprovechan de las circunstancias para sacar siempre beneficio propio (véase los ejemplos del Ministro – saca el sueldo de Max de los fondos de la policía–, Don Latino –se queda con el décimo premiado– o las prostitutas –confían en sobornar a los policías con un puro).
**Deshumanizar**: El autor vacía a los personajes de razón, sentimientos y cultura mostrándolos mediante frecuentes rasgos de «animalización», «cosificación» o «muñequización». Los hombres se transforman en «perros», «camellos», «cerdos», etc.; o en «fantoches» o «peleles». Esta degradación se manifiesta por:
- La **animalización** de los hombres: Valle confiere a sus personajes características y rasgos de los animales: Latino presentado como un buey que da calor, por ejemplo. «Zaratustra, abichado y giboso –la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente« (escena II)
- **Cosificación**: Valle describe a sus personajes por los objetos que los caracterizan, y elude los rasgos que los harían personas ante el espectador: «Entra el cotarro modernista, greñas, pipas, gabanes repelados, y alguna capa» (escena VII).
- **Muñequización**: deformación de los personajes, que nos son presentados como muñecos, títeres o fantoches. Valle deja a los personajes vacíos de razón de sentimiento, de cultura (escena II y escena IV).
- **Idiotizar**: Los personajes sufren una especie de idiotización colectiva fruto de la ignorancia y del egoísmo. Debilitados e incapacitados se nos presentan con un lenguaje maquinal, disparatado o frívolo. La mayoría no se preocupa de discernir lo verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto.
b) La esperpentización de espacios y ambientes
Los personajes de esa España paupérrima y degradada de la época se mueven en unos espacios casi siempre mal iluminados, sucios y chabacanos. Los recursos más usuales para esperpentizar el espacio son:
- La **suciedad**: casi todos los espacios se presentan sucios, malolientes y desordenados. La cueva de Zaratustra es un «antro apestoso de aceite» (escena II).
- La **falta de luz**, común a casi todos los ambientes y personajes (falta de luces), se reflejará simbólicamente en unos espacios siempre poco iluminados. Por este motivo el escenario aparecerá casi siempre en sombra o en una semipenumbra mal iluminada por candilejas, luces trémulas y mortecinas o luces amenazantes: «La taberna de Pica Lagartos: Luz de acetileno: Mostrador de zinc: Zaguán oscuro con mesas y banquillos: jugadores de mus. Borrosos diálogos» (Escena III).
- La **chabacanería**. Cuando se describen los espacios oficiales (despacho del Ministro, la comisaría, la redacción del periódico), la esperpentización nos llega a través del gusto vulgar y chabacano que preside las estancias: «Secretaria particular de Su Excelencia. Olor de brevas habanas, malos cuadros, lujo aparente y provinciano» (escena VIII).
c) Abundante uso del contraste
El contraste es un recurso que le sirve a Valle para denunciar posiciones contrarias que, al presentarse juntas, crean un choque profundo en el espectador. Algunos tipos de contraste utilizados para esperpentizar personajes y ambientes serían:
- **Contraste entre lo grave y lo burlesco**: Dice Max a un policía al llegar detenido por borracho a la comisaría: «Traigo detenido una pareja de guindillas. Estaban emborrachándose en una tasca y los hice salir a darme escolta» (escena V).
- **Contraste entre la dejadez miserable y la compostura chabacana**: «Hay un viejo chabacano –bisoñé, manguitos de percalina–, que escribe, y un pollo chulapón de peinado reluciente, con brisas de perfumería, que se pasea y dicta humeando un veguero […]» (escena V).
- **Contraste entre lo doloroso y lo grotesco**. En este sentido, la cima sería el velatorio de Max (escena XIII).
- **Contraste sangrante** es el que se establece, en la tan citada escena XI, entre el dolor de la madre y la rebeldía de algunos personajes, por un lado, y el conformismo de los «defensores del orden establecido», por otro.
d) Uso continuado de la ironía, el humor y el sarcasmo
Son los principales recursos que utiliza Valle para esperpentizar la injusta realidad que percibe en su entorno. La **ironía** marcará aún más si cabe las enormes diferencias culturales entre la bohemia, imaginativa, culta, elitista, y el resto de los personajes. Los comentarios irónicos estarán casi siempre en boca de Max, don Latino y los modernistas, los únicos personajes que poseen las luces de la inteligencia.
No menos característico es el tipo de **humor**: la mordacidad, la risa agria. Risa que, según un personaje, sirve a los españoles de consuelo «del hambre y de los malos gobernantes». Pero, para Valle, es más bien una forma de ataque demoledor.
Para conseguir estas características emplea, entre otros, los siguientes procedimientos:
- Presentación de lo más desagradable y grotesco de los seres humanos: la deformidad, la crueldad, la estupidez.
- Empleo de prosopopeyas, animalizaciones, símiles despectivos e hipérboles.
- Diálogos con un lenguaje rico y elaborado, con mezcla de retoricismos, frases hechas, coloquialismos y vulgarismos.
- Acotaciones extraordinariamente complejas, con referencias a códigos muy diversos, que provocan sorpresas permanentes en los espectadores.
- Movimientos y gestos característicos del teatro de guiñol o de títeres, para lo que se necesita un cuadro de actores debidamente preparado.
- Vestuarios y accesorios que refuerzan la misma imagen grotesca.
- Decorados próximos a la estética expresionista, que rompen el efecto de realidad.
- Efectos especiales, con juegos de luces, para deformar la realidad.