Explorando el Arte de Jan Van Eyck y El Bosco: Primitivos Flamencos

Jan Van Eyck: Un Maestro de la Escuela Flamenca

**Jan Van Eyck** fue el pintor más célebre de la escuela de los **primitivos flamencos**. Los primeros datos que se tienen de él son de 1442, cuando entró al servicio del duque de Borgoña (**Felipe El Bueno**), que vivía en Flandes. En el año 1425, Van Eyck fue nombrado pintor de corte del duque de Borgoña y bajo su protección realizó importantes misiones diplomáticas en los reinos de Castilla y Portugal. A partir de 1430, Van Eyck se establece finalmente en Brujas…

El Matrimonio Arnolfini: Un Icono del Arte Flamenco

Identificación:

  • Título: El matrimonio Arnolfini
  • Cronología: 1434
  • Localización: National Gallery, Londres
  • Estilo: Gótico flamenco
  • Técnica: Óleo sobre tabla de roble (80 x 62 cm)
  • Tema: Escena costumbrista o de género

Considerada la obra maestra de Jan Van Eyck, representa a una pareja en el interior de una habitación. El espejo que cuelga en el fondo de la pared marca el eje de simetría de la composición, junto a la lámpara que cuelga del techo y el perro. El pintor hace confluir en él las diferentes líneas de fuga de la perspectiva -remarcadas visualmente mediante las vigas del techo y las maderas del suelo-, que otorgan al lienzo una gran profundidad.

Para subrayar esta tridimensionalidad en el espacio, el espejo refleja lo que está fuera del campo pictórico, el resto de la habitación y los personajes que asisten a la escena.

La meditada construcción del espacio hace que el movimiento sea nulo, mostrando una imagen rígida, teatral y casi fotográfica. A ello también contribuye el predominio de la línea sobre el color, perfilando a la perfección los contornos de las figuras y los objetos, haciendo que estos adquieran una quietud y una solidez casi escultórica. Esta quietud permite plasmar hasta el más mínimo detalle de las personas y objetos representados, con una escrupulosidad microscópica, gracias al empleo de la técnica del óleo aplicada con plumillas especialmente delgadas.

La luz penetra por la ventana suavemente, ilumina de lleno a su esposa y deja en la penumbra la parte izquierda del lienzo.

En cuanto a colores, dominan en la composición tres grandes manchas cromáticas: el verde del vestido, el rojo de los muebles y el marrón de la túnica del mercader.

El cuadro es un retrato de cuerpo entero que corresponde a **Giovanni Arnolfini**, un comerciante italiano que residía en Brujas, y su esposa **Giovanna Cenami**, hija de otro mercader del mismo origen, en el momento de contraer matrimonio.

Simbolismo Oculto y Contexto Histórico

El historiador de arte **Erwin Panofsky** ha formulado numerosas teorías acerca de los significados ocultos de esta obra, entendiéndola como un certificado matrimonial.

El caballero, en actitud seria y ricamente ataviado, coge la mano de la dama y solemnemente hace el voto nupcial levantando el antebrazo. La vela encendida en pleno día y el hecho de que ambos estén descalzos, reafirma el carácter sagrado de la ceremonia.

Otros símbolos vinculados al matrimonio son el perro (fidelidad), la borla, la talla de Santa Margarita y el dragón como protectora de los partos en la cabecera de la cama, el espejo *sine macula* (sin mancha) y el rosario que cuelga a su lado (pureza de la Virgen).

Las frutas sobre la mesa que hay debajo de la ventana representan la fruta del “árbol del Bien y del Mal”, la fruta del pecado original, que será redimido con el matrimonio.

Su firma -“Johannes van Eyck fuit hic” (Jan Van Eyck estuvo allí)-, situada encima del espejo, hace pensar que el propio artista participó en el enlace en calidad de testigo.

Giovanni Arnolfini fue un rico mercader italiano que se asentó en la ciudad de Brujas (Flandes) atraído por las posibilidades comerciales de la zona, en la que logró una extraordinaria fortuna, de la cual el cuadro que comentamos es buen reflejo. Los objetos representados son, en sí mismos, exponentes de las extensas relaciones geográficas de su propietario.

Este es, precisamente, el contexto en el que se desarrolla la pintura de los artistas denominados “primitivos flamencos”, de los cuales van Eyck es el máximo exponente: una burguesía consolidada, próspera en los negocios, atraída por la moda de la decoración de interiores mediante tapices y, como en este caso, cuadros, entre los cuales los retratos ocupan un importante papel.

Para concluir, debe insertarse esta obra dentro de la amplia producción del autor, entre la que destacan especialmente el “Políptico de la adoración del cordero místico” (conservado en la catedral de Gante), la Virgen del canónigo van der Paele… así como numerosos retratos de personajes de la época.

Van Eyck es considerado como el mejor representante de esta escuela de primitivos flamencos y, durante mucho tiempo se pensó que había sido él quien inventó la técnica de la pintura al óleo. Hoy se cree más bien que la perfeccionó, de manera que su pincelada, de secado más lento, le permitía representar con mayor exactitud las figuras de sus cuadros.

Finalmente, la colocación del espejo en el fondo de la escena supone una verdadera innovación en el mundo de la pintura, pensándose que esta obra influyó decisivamente en otros cuadros que emplean el mismo recurso, como ocurre en *Las Meninas* de Velázquez.

El Bosco: Un Visionario Inigualable

**Hyeronymus van Aeken**, es conocido como **El Bosco**, pintor nacido al norte del ducado de Brabante (actuales Países Bajos), autor de una obra excepcional, tanto por la inventiva de sus composiciones y figuraciones, como por la técnica empleada. Panofsky llegó a definirlo como “artista lejano e inaccesible”.

En su época el artista flamenco gozó de gran fama y, cincuenta años después de su muerte, sus pinturas fueron coleccionadas por el rey **Felipe II** de España.

El Jardín de las Delicias: Un Tríptico para la Reflexión

Identificación:

  • Nombre: El jardín de las delicias
  • Autores: Hieronymus van Aeken (El Bosco)
  • Estilo: Gótico flamenco
  • Tipología: Religiosa
  • Cronología: 1500 – 1505
  • Técnica: Óleo sobre tabla
  • Localización: Museo del Prado (Madrid)

El tríptico presenta en cada una de sus tres tablas un mismo esquema compositivo. El espacio se divide en tres franjas horizontales que se superponen, lo que le permite al artista conseguir una gran profundidad de campo. Además, en el caso de la tabla central y de la izquierda, la fuente se convierte en un elemento de simetría.

El Paraíso Terrenal

En la tabla de la izquierda (*El Paraíso*), predominan los tonos fríos, sobre todo azules y verdes. Se pueden apreciar las figuras de Adán y Eva en la parte inferior, pues se trata de la escena de su creación.

En el estanque central se encuentra la fuente de la vida, en la que hay una lechuza escondida en un orificio (símbolo del mal). Al lado, a la derecha del estanque, hay una roca con rostro humano que se supone que es el del diablo. Estos símbolos apuntan a que se anuncian los pecados que van a ser cometidos.

El Jardín de las Delicias

En la tabla central (*El Jardín de las Delicias*), se representa el triunfo del pecado. Siguen predominando los tonos fríos (azules y verdes). Aparecen innumerables personajes desnudos distribuidos de forma muy compleja que han sucumbido al pecado y muestran posiciones sexuales.

Además, se ven diversos moluscos y frutas, que son una metáfora de la fugacidad del placer sexual.

Algunos personajes se encuentran dentro de conchas o burbujas, representando que el pecado los atrapa. En el estanque central hay además mujeres bañándose con ciervos en la cabeza, lo que podría tratarse del “estanque del adulterio”. Al fondo de este estanque están los cuatro ríos del Paraíso.

El Infierno

En la tabla de la derecha (*El Infierno*), aparecen los pecadores que sufren torturas. Para adecuarse a la temática los colores utilizados son más oscuros. Aparece una ciudad en llamas en la parte superior, criaturas extrañas en la parte central.

Los colores y la luz son aspectos que El Bosco supedita al tema tratado en cada tabla. Los tonos verdes, blancos y amarillos predominan en el Paraíso y en la tabla del Jardín de las Delicias. En cambio, en el Infierno, predominan el rojo, el negro y otras tonalidades opacas (gris), todas ellas cercanas al miedo y al terror.

Interpretación y Legado

Esta obra muestra de un modo alegórico lo efímero de los placeres de la vida y las terribles consecuencias que se derivan de ello.

En la tabla central, el pintor escenifica uno de los siete pecados capitales: la lujuria. Innumerables hombres y mujeres desnudos reproducen evidentes actitudes lascivas y sexuales, con presencia de frutas salvajes, como las cerezas, las frambuesas, las fresas o las uvas, símbolo de la lujuria. A su vez, las manzanas simbolizan los senos de la mujer y los peces se vinculan al órgano fálico.

En un segundo plano, alrededor del lago de la juventud, giran los vicios, y en el fondo, se representa el estanque del adulterio.

En la tabla de la izquierda aparece el nacimiento de Eva -origen del pecado- contemplado por Adán. En la tabla de la derecha se describe con minuciosidad el castigo en el Infierno, habitado por criaturas grotescas y máquinas de tortura.

Cerrado, el tríptico forma la imagen de la creación del mundo en su tercer día, dentro de una esfera de cristal como símbolo de su fragilidad.

El origen de la minuciosa técnica no es demasiado claro, aunque la precisión y delicadeza de su trazo evidencian la herencia de la escuela flamenca. En cuanto a la temática de sus obras, la fantasía grotesca y turbulenta de muchas de sus imágenes, parece que tiene su fuente iconográfica en la cultura popular de la época, mezclada con fuertes convicciones religiosas.

A través de la imprenta, su obra llegó a un público amplio y tuvo algunos imitadores en vida. En el siglo XX, la originalidad y rareza de sus composiciones derivaron en la creación del movimiento surrealista, por lo que consideramos a El Bosco como su predecesor.

La Escuela de los Primitivos Flamencos

El Bosco, pintor favorito de Felipe II, perteneció a la corriente de los primitivos flamencos (Países Bajos). La pintura flamenca es pintura de caballete; es decir, de pequeño tamaño y hecha para ser observada de cerca. Se emplea además una técnica muy minuciosa y detallista, de escenas con mucha perfección. Por lo general es pintura al óleo (como esta obra), e impusieron una innovación: las veladuras (se cubre la pintura con esmalte transparente para suavizar el paso de un color a otro). Por ello se trata de una pintura suave, sin contrastes.

El Bosco no fue el único autor destacado de los primitivos flamencos (siglo XV). Algunos autores muy importantes fueron **Jan Van Eyck**, que pintaba también con muchos detalles y simbolismo en obras como *El matrimonio Arnolfini* y aparentemente pintó con su hermano Huberto el *Tríptico del Cordero Místico*. También cabe destacar a **Van der Weiden**, especializado en temas religiosos muy dramáticos que se ven en obras como *La Piedad* o *El Descendimiento de Cristo*.