Composición: Guggenheim Museum, Nueva York. Nos encontramos ante una obra pictórica realizada al óleo sobre lienzo de carácter abstracto, pues lo representado no puede identificarse con imágenes del mundo exterior. La superficie aparece dividida mediante líneas ortogonales horizontales y verticales de color negro de diferente grosor que, cruzándose perpendicularmente, delimitan pulcramente espacios rectangulares. Estos espacios están rellenos, unos con los colores primarios (rojo, azul y amarillo), y otros negros o sin color, mostrando el fondo blanco grisáceo. El color aparece aplicado de forma plana, sin sombras ni tonalidades que enturbien su limpieza, con gran delicadeza. El rojo, azul y amarillo son sutilmente contrapesados con sumo cuidado, como si se tratase de un sistema de equilibrio. Estos rectángulos de color constituyen módulos estáticos de diferente tamaño y posición que, rítmica y proporcionalmente distribuidos en el lienzo, dotan a la obra de armonía y serenidad. Las líneas negras tienen una función muy precisa: sin ellas, los colores se influirían, se interferirían unos a otros. Las formas están simplificadas al máximo. El resultado es una composición completamente equilibrada, donde color, forma y disposición están estudiados según un perfecto orden mental. Solo dos dimensiones aparecen reflejadas en el cuadro: largo y ancho, las que la realidad tangible del cuadro tiene. La profundidad o cualquier intento de representarla ha desaparecido por completo. No hay argumento ni tema en la presentación, solo la simplicidad, la elementalidad y la pureza, el despojamiento de cualquier elemento superfluo, tienen cabida en esta obra.
El Neoplasticismo: Orígenes y Características
Por las características descritas, adscribimos esta obra a la corriente artística del neoplasticismo; movimiento que surge en Holanda en torno a la revista De Stijl (estilo), después de la Primera Guerra Mundial. Representa una de las tendencias estéticas objetivas del siglo XX, la abstracción geométrica. Con esta corriente, el arte en el siglo XX experimentará una revolución que hará que desaparezca la representación de la realidad, ya que la fotografía le ha liberado de esa esclavitud. Se caracteriza por:
- El arte se deshumaniza en cuanto que se pierde el tema y la figura humana. El tema, ahora, será la distribución de líneas y colores en el lienzo.
- Se depuran las formas hasta llegar a sus componentes fundamentales: líneas, planos y cubos.
- Planteamiento totalmente racionalista.
- Nunca se recurre a la simetría, aunque hay un marcado equilibrio logrado por la compensación de las formas y los colores.
- Uso de pocos colores. Colores planos, puros y de fondos claros.
- Se funda en el empleo del rectángulo y del cuadrado.
- Persigue la armonía, aunque desechando la simetría.
- Solo pretende la bidimensionalidad del plano.
Así, las pinturas conseguidas son equilibradas, ordenadas, optimistas y alegres. Es una orientación artística antitragica: arte no como expresión de sentimientos trágicos interiores del artista, sino como metáfora visual de armonía espiritual. El neoplasticismo quiere conseguir un arte puro, universal y equilibrado. No le interesa representar la realidad, la naturaleza, sino plasmar la fuerza expresiva del color y la forma, buscando relaciones matemáticas entre ambos elementos. El neoplasticismo está considerado, junto con el suprematismo de Malevich (representante de las vanguardias rusas, vinculadas a la revolución soviética), el origen de la abstracción geométrica.
Piet Mondrian y la Esencia del Neoplasticismo
Esta corriente artística, impulsada por Piet Mondrian, proponía despojar el arte de todo elemento accesorio en un intento de llegar a la esencia a través de un lenguaje plástico objetivo y, como consecuencia, universal. Piet Mondrian, junto con Theo van Doesburg, fundó la revista De Stijl, principal órgano de difusión del movimiento, en cuyo primer número apareció publicado el manifiesto neoplasticista. Las teorías de Mondrian tienen su origen en las obras cubistas de Georges Braque y Picasso. Piet Mondrian, como máximo representante del neoplasticismo holandés, propone una nueva ordenación geométrica del mundo a partir de la razón, en contra de la irracionalidad destructora de la Primera Guerra Mundial. Tiende siempre a la máxima reducción de los elementos integrantes de la obra artística y convierte las líneas verticales y horizontales, así como los tres colores elementales, en la base de toda su gramática formal. Se caracteriza por la elementalidad, racionalidad y funcionalidad de las formas. Un cuadro de Mondrian es una superficie con pocos colores; entre los colores solo tiene que existir relaciones de ritmo y medida: no son los sentidos, sino la mente quien tiene que valorarlos. Mondrian nos demuestra, según su teoría del neoplasticismo, que la variación del color cambia según sea la amplitud del área que cubre y su forma; que dos zonas de color que tienen distinta extensión pueden tener el mismo valor si esa diferencia de extensión está compensada por las distintas profundidades del tono, y que la proporción perfecta se tiene cuando todos los valores del sistema se equilibran en el lienzo. Es, pues, una pintura abstracta geométrica, racional, física y matemática. Todas las obras realizadas entre 1920 y 1940 se parecen. Son un sistema matemático de ejes de coordenadas que forman recuadros de distintos tamaños y colores elementales entre los que predomina el blanco (la luz). La postura moral de Mondrian es eliminar el aspecto trágico de la vida, y es trágico todo lo que viene del inconsciente. Es trágico lo que Mondrian llama el barroco moderno: el expresionismo, el surrealismo, la alegría de vivir de Matisse, las deformaciones de Picasso, la sonrisa de Chagall. El artista, para Mondrian, no tiene derecho a influir emotivamente y sentimentalmente al prójimo; si descubre una verdad, tiene el deber de mostrar cómo ha llegado a ella.
Influencias y Legado del Neoplasticismo
Entre otros pintores, arquitectos y diseñadores neoplasticistas, destacan Theo van Doesburg (grandes pinturas murales), P. Oud (café de UNIE de Rotterdam) y G. Rietveld (la casa Schröder o la silla en rojo y azul). El neoplasticismo podemos enmarcarlo entre finales de la Primera Guerra Mundial y principios de la Segunda (1939). Luego, con la marcha de Piet Mondrian y de todos los artistas de la Bauhaus a América, vemos la extensión del estilo por todo el mundo. Esta obra tiene como función conseguir la pureza en el arte, investigar para lograr la armonía de los elementos fundamentales: planos y colores. Significa la plasmación de la teosofía en el arte. Respecto a los antecedentes, por su composición conecta con el cubismo y por el uso de colores planos con el fauvismo. Como consecuentes, tendrá una gran repercusión en el programa de la Bauhaus de la República de Weimar. Pues sus directores, Walter Gropius y Mies van der Rohe, tuvieron estrecha relación con el neoplasticismo; la pureza de las líneas y el despojamiento de todo adorno serán tomados por el racionalismo que la Bauhaus llevará tanto al proyecto arquitectónico como al diseño de todos los enseres y complementos del edificio. Por otra parte, la dispersión de todos los artistas de la Bauhaus después del ascenso del nazismo, en 1933, será el vehículo de la estética racionalista por el mundo y especialmente por USA. De hecho, la etapa berlinesa de Mies van der Rohe, director de la Bauhaus antes de su exilio en Estados Unidos, donde proyectó el edificio Seagram (que se alza como un original griego entre copias romanas, según Argam), está fuertemente influida por la experiencia neoplástica.
Conclusión: La Composición en Rojo, Amarillo y Azul
La obra comentada es Composición en rojo, amarillo y azul de Piet Mondrian, localizada en el Museo Guggenheim de Nueva York. Mondrian representa la máxima expresión de la abstracción geométrica. El autor, con sus diseños, se ha convertido en uno de los artistas más imitados del siglo XX. Sus nociones se ven reproducidas en multitud de anuncios y publicidad. Ha influido en el diseño y la arquitectura del siglo XX.