Biografía
Francisco de Goya y Lucientes, hijo de un artesano de decorados, nació en Fuendetodos, Zaragoza, en 1746. Inició sus estudios artísticos en Zaragoza bajo la tutela del maestro José Luán. A los 17 años, se trasladó a Madrid para ampliar su formación e intentó obtener una beca para estudiar en Italia, sin éxito. En 1771, regresó a Zaragoza, donde recibió el encargo de pintar la bóveda del Coreto de la Basílica del Pilar, obra que le llevó cuatro años y le granjeó reconocimiento.
En 1775, Goya volvió a Madrid y contrajo matrimonio con Josefa Bayeu, hermana de los pintores Ramón y Francisco Bayeu. Durante esta época, se dedicó a pintar cartones para tapices. Diez años después, su fama creció, convirtiéndose en pintor de Carlos III. Cuatro años más tarde, ascendió a pintor de cámara de Carlos IV. Entre 1792 y 1793, sufrió una grave enfermedad que le dejó sordo, lo que marcó un punto de inflexión en su vida y en su arte, abandonando progresivamente los cartones para tapices y adoptando una postura más crítica hacia la realidad que le rodeaba.
Tras la Guerra de la Independencia, Goya fue nombrado pintor de cámara de Fernando VII. Sin embargo, con la llegada de los Cien Mil Hijos de San Luis y el alzamiento de los liberales, decidió exiliarse a Burdeos en 1824, donde residió hasta su fallecimiento en 1828. Durante su estancia en Burdeos, Goya experimentó con la litografía, una novedosa técnica de impresión.
Contexto Histórico y Artístico
Goya fue testigo directo de la Guerra de la Independencia, un evento crucial que influyó profundamente en su obra. Para él, era fundamental establecer una conexión entre el arte, su propia vida y la historia. Creía que el arte debía reflejar la realidad y expresar las emociones del mundo que le rodeaba, lo que confirió a sus obras un carácter revolucionario. A diferencia de otros artistas de su tiempo, que solían mantenerse al margen de los acontecimientos, Goya se involucró directamente, representando los hechos con crudeza y realismo.
Goya creó diversas series temáticas. Los Caprichos reflejan su crítica de la sociedad, mientras que Los Desastres de la Guerra denuncian los horrores del conflicto bélico. Obras como La Carga de los Mamelucos y El 2 de mayo y Los Fusilamientos del 3 de mayo muestran el patetismo, un tema recurrente en sus representaciones de la violencia y el sufrimiento.
Características de su Obra
La expresión de los sentimientos de los personajes es una característica fundamental en la obra de Goya. El movimiento también juega un papel crucial, dotando a sus obras de gran dinamismo. La luz es otro elemento destacado, con el color predominando sobre el dibujo. En sus últimas obras, destaca una pincelada suelta y rápida, llegando incluso a sustituir el pincel por los dedos o la espátula. Goya se considera un precursor de la pintura expresionista y surrealista, ya que su subjetividad y emociones influyen en su obra, llegando a deformar la realidad intencionadamente. Su interés por lo onírico, el subconsciente y lo fantástico lo vinculan al Surrealismo.
Goya fue un artista prolífico, con más de 500 cuadros y un gran número de dibujos, grabados y litografías. Sus temas abarcan desde escenas costumbristas y retratos hasta temas religiosos (menos frecuentes), bélicos y las Pinturas Negras de su última etapa.
Entre sus influencias se encuentran pintores como Velázquez y Rembrandt, así como la naturaleza, que le inspiró en sus paisajes. Goya, a su vez, influyó en numerosos artistas, especialmente del siglo XIX, como los románticos y los realistas, por su atención a las clases humildes. Los impresionistas adoptaron su pincelada suelta, y los surrealistas lo consideran un precursor.
Estilo
En sus primeras etapas, Goya empleó una composición geométrica, que evolucionó hacia una composición más libre en sus últimos años, sin llegar a ser caótica. La expresión es central en su trabajo, y el tema siempre mantiene una coherencia. Goya se desmarcó de las normas establecidas, experimentando con nuevas formas.
Pinturas Costumbristas
En sus pinturas costumbristas, Goya retrató romerías y verbenas, con personajes como las majas y los chisperos, generalmente jóvenes. Estas escenas, que reflejan un mundo festivo y alegre, muestran influencias del rococó y de pintores ingleses del siglo XVIII, así como de Velázquez en el tratamiento de la luz y los paisajes.
Obras destacadas: La gallina ciega (1776), El quitasol/parasol (1777), La pradera de San Isidro (1780) y El cacharrero.
Pinturas Negras y de Tema Bélico
Pinturas Negras: En esta serie, Goya utiliza predominantemente el negro y grises, con una ausencia casi total de color. A través de esta paleta sombría, realiza una crítica social profunda. Estas pinturas se consideran precursoras del impresionismo por su estilo innovador.
Obras destacadas: Romería a San Isidro (1820-1823), Duelo a garrotazos (1820-1823) y Saturno devorando a sus hijos (1823).
Tema bélico: Goya rompió con la representación tradicional de la guerra como un espectáculo glorioso, mostrándola como una tragedia.
Obras destacadas: El coloso, El 2 de mayo (La carga de los mamelucos) y El 3 de mayo (Los fusilamientos) (1814).