Modernismo, Surrealismo y Neoplasticismo: Características y Obras Clave

Características y Obras Clave del Modernismo, el Surrealismo y el Neoplasticismo

Comentarios de Obras Modernistas y Surrealistas

Casa Milá (La Pedrera) – Antonio Gaudí

Esta obra, conocida como Casa Milá o La Pedrera, fue creada por Antonio Gaudí. Se ubica en Barcelona (España) y data de principios del siglo XX.

Este exterior arquitectónico se inscribe en el Modernismo español, un estilo artístico que reinterpreta las formas de la naturaleza mediante la geometría, empleando líneas curvas y helicoidales.

Gaudí concebió esta obra de ritmo ondulante como un gran pedestal de roca erosionado, originalmente destinado a un grupo escultórico con la Virgen del Rosario, que finalmente no se instaló. La arquitectura se transforma en un organismo vivo con referencias al mundo natural. Se asemeja a un conjunto de montañas excavadas, de ahí el nombre popular de La Pedrera, con arbustos metálicos en los balcones y cumbres nevadas adornadas con chimeneas antropomórficas.

Casa Tassel – Víctor Horta

La Casa Tassel es una obra de Víctor Horta, construida a finales del siglo XIX. Se encuentra en Bruselas (Bélgica).

Este interior arquitectónico pertenece al Art Nouveau, un movimiento desarrollado en Bélgica y Francia. Se caracteriza por el uso de cubiertas y fachadas ondulantes, el empleo del hierro sin ocultar sus líneas y una decoración inspirada en la vegetación.

Horta utiliza en esta obra la flexibilidad del hierro en contraste con la dureza de la piedra. El hierro se presenta de manera explícita, con soportes metálicos en las columnas. Destaca el interés por el mundo vegetal, visible en los papeles pintados de las paredes, los azulejos y los mosaicos del suelo.

La Persistencia de la Memoria – Salvador Dalí

La persistencia de la memoria es una obra de Salvador Dalí. Se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en Estados Unidos. Su cronología corresponde al primer tercio del siglo XX.

Esta pintura, óleo sobre lienzo, se adscribe al Surrealismo figurativo, que se interesa por la vía onírica, con obras que presentan un realismo fotográfico.

Dalí representa un escenario onírico compuesto por elementos reales y extraños: un paisaje costero y rocoso; una figura amorfa tendida en la playa, que parece muerta o exhausta (un autorretrato del artista, también presente en El gran masturbador); una mesa o pedestal; un pequeño árbol seco; un reloj cubierto de hormigas; otros tres relojes de formas extravagantes por su blandura y una mosca posada sobre uno de ellos.

El Carnaval de Arlequín – Joan Miró

El Carnaval de Arlequín es una obra de Joan Miró. Se encuentra en la Galería de Arte Albright en Buffalo, estado de Nueva York, en Estados Unidos. Data del primer tercio del siglo XX.

Esta pintura, óleo sobre lienzo, pertenece al Surrealismo abstracto, que crea universos figurativos personales a partir del automatismo más puro.

Miró creó un lenguaje poético y onírico donde aparecen diversos elementos que parecen flotar en un espacio ilusorio. Entre los elementos más destacados se encuentran: un arlequín con grandes bigotes, un autómata tocando la guitarra, un gato persiguiendo un ovillo, una escalera con una oreja incrustada, etc. También se observan insectos, peces, notas musicales, etc. Todos estos elementos simbolizan el hambre que el artista experimentó en una etapa de su vida, lo que le provocó alucinaciones que intentó plasmar en la obra.

Máquina de Coser Electrosexual – Óscar Domínguez

Máquina de coser electrosexual es una obra de Óscar Domínguez. Se exhibe en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid. Su cronología corresponde a la década de los años treinta del siglo XX.

Esta pintura, óleo sobre lienzo, pertenece al Surrealismo figurativo, caracterizado por su interés en la vía onírica y por mostrar en sus obras un realismo fotográfico.

Óscar Domínguez, artista nacido en La Laguna, presenta en esta obra el cuerpo luminoso de una mujer desnuda sobre un fondo oscuro. La figura está boca abajo, con la cabeza cubierta. Sus piernas están siendo devoradas por una planta carnívora, mientras que de su espalda cae un hilo de sangre desde un embudo que es vertido desde la cabeza de un toro.

La Joyería Modernista

Hasta entonces, la joyería había sido un arte propio de la alta sociedad aristocrática. Sin embargo, la burguesía impulsó una revitalización de esta vertiente del diseño artístico, donde la creatividad era primordial. La naturaleza, con sus plantas, flores y animales, se convirtió en una de las principales fuentes de inspiración. Se incorporaron nuevas gemas brillantes, como ópalos y ámbar. Bruselas y París fueron los centros neurálgicos de este movimiento. En la capital francesa, destaca René Lalique, quien transformó la naturaleza en joyas. Incorporando influencias japonesas, creó piezas únicas, como libélulas, y comenzó a diseñar frascos. Sus creaciones le valieron encargos para la decoración de numerosos barcos, trenes, iglesias y una extensa orfebrería religiosa y civil. En España, específicamente en el foco catalán, sobresale la obra de Luis Masriera, quien siguió la línea de Lalique.

El Modernismo/Art Nouveau (1890-1920)

El Modernismo representa una renovación artística. Aunque solo duró unos 25 años, se consolidó como un estilo unitario que surgió durante la transición del siglo XIX al XX. En todos los países se utilizaron términos como “nuevo”, “joven” y “moderno”, reflejando la intención de crear un arte innovador, libre y que rompiera con los estilos dominantes de la época, tanto los academicistas como los rupturistas. Se trata de una estética nueva, donde predomina la inspiración en la naturaleza, a la vez que se incorporan novedades derivadas de la Revolución Industrial, como el hierro y el cristal. El Modernismo se manifestó en la pintura, la escultura y la arquitectura, así como en las artes aplicadas y decorativas, las artes gráficas y el diseño de mobiliario, rejería, joyería, cristalería, cerámica y azulejería, lámparas y todo tipo de objetos de uso cotidiano, incluyendo el mobiliario urbano, que adquirió gran importancia.

Características del Modernismo:

  • Inspiración en la naturaleza y uso profuso de elementos de origen natural, como vegetales y formas redondeadas que se entrelazan con un motivo central.
  • Uso de la línea curva y la simetría en plantas y alzados decorados.
  • Representación de imágenes femeninas en actitudes delicadas y gráciles, aprovechando las ondas en los cabellos y los pliegues de la vestimenta.
  • Libertad en el uso de motivos exóticos y de fantasía, como las estampas japonesas.
  • El Art Nouveau se convirtió en el estilo de la burguesía debido a sus elevados precios, posicionándose al servicio del lujo.

Las primeras manifestaciones arquitectónicas surgieron en Bélgica (Bruselas) de la mano de Víctor Horta.

Características de la Arquitectura Modernista:

  • Las cubiertas y fachadas presentan formas ondulantes.
  • El hierro se exhibe de forma expresiva, resaltando su esbeltez sin necesidad de ocultarlo.
  • La decoración, inspirada en la vegetación, se integra tanto en el continente como en el contenido, creando piezas decorativas.

Algunas de las obras más destacadas son: la Casa Solvay, la Casa Tassel y la fachada de la casa Horta.

El Surrealismo

El movimiento artístico surrealista surgió en la década de 1920, formulando un proyecto de futuro más conectado con la realidad y presentándose como un instrumento transformador de la sociedad. El término proviene del francés “surréalisme” (sobre el realismo). También se define como “una realidad que se supera”. Fue acuñado por Apollinaire en el programa de radio Parade. Esta nueva alianza dio lugar a una especie de surrealismo, punto de partida del Espíritu Nuevo. Los surrealistas señalaron como precedentes del movimiento a Heráclito, el Marqués de Sade y Charles Fourier. Las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud sobre el sueño y el subconsciente fueron uno de sus pilares. Se enfatiza la importancia del autoconocimiento, la interpretación de los sueños y el automatismo, volviendo la mirada hacia el niño interior. Para ello, es necesario escapar de la lógica de la realidad y sumergirse en el mundo de lo irracional y lo inconsciente, en el mundo puro. Se renuncia al racionalismo para dar paso a la imaginación como fuente del proceso creativo. También es frecuente el interés en las cuestiones eróticas derivadas de la doctrina de Freud. Los surrealistas encuentran un espacio abierto a los sentimientos reprimidos para canalizar parte de la libido, derribar los obstáculos del recato y redescubrir el erotismo, la sensualidad y la profundidad del amor. En la pintura, el precedente más notable es Giorgio de Chirico y su pintura metafísica, así como El Bosco y su obra El jardín de las delicias. La primera fecha histórica fue 1916, año en que André Breton descubre las teorías de Freud. En 1924, Breton escribe el primer Manifiesto Surrealista. El automatismo psíquico puro se intenta expresar mediante el funcionamiento real del pensamiento. Surgió, por tanto, como un movimiento poético en el que la pintura y la escultura se conciben como consecuencias plásticas de la poesía (automatismo). Breton expone la psicología surrealista: el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiva la realidad, sino que forma un todo con ella. El arte es comunicación vital directa del individuo con el todo. Esa conexión se expresa en las casualidades significativas, en las que el deseo del individuo y el devenir ajeno a él convergen imprevisiblemente, y en el sueño, donde los elementos más dispares se revelan unidos por relaciones secretas. El Surrealismo propone trasladar estas imágenes al mundo del arte mediante una asociación mental libre, sin la intromisión censora de la consciencia. De ahí que elija como método el automatismo. A partir de 1925, el Surrealismo se politiza; se producen los primeros contactos con los comunistas, que culminarían con la adhesión al Partido Comunista.

Claves del Surrealismo Cinematográfico: La Obra de Luis Buñuel

Luis Buñuel, aragonés, fue un director de cine español que estudió en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Federico García Lorca, Dalí y Alberti. Se sintió atraído por las vanguardias y comenzó a trabajar como crítico cinematográfico. La filmografía de Buñuel se divide en tres etapas: sus inicios en España y Francia, su estancia en México y su regreso a Europa.

En su primera etapa, vivió en París, donde realizó su primera película: Un perro andaluz. Más tarde llegaría La edad de oro, considerada una obra maestra del cine de vanguardia. En estas dos películas encontramos un lenguaje nuevo que rompe con la linealidad del tiempo.

Estuvo en Estados Unidos, pero no se adaptó a los métodos de trabajo y se trasladó a México, donde alternó películas comerciales con otras más personales, como El ángel exterminador y Simón del desierto.

Las claves de su cine residen en el humor absurdo y el análisis crítico de la moral burguesa. Sus grandes obsesiones fueron: el erotismo, las miserias humanas y la desigualdad social.

En su tercera etapa, destacan películas como Viridiana, Belle de Jour y Tristana.

El Neoplasticismo

Tras la aportación de Kandinsky y sus primeras obras abstractas, la abstracción derivó, hacia la década de 1920, hacia una nueva tendencia denominada Neoplasticismo, en la que Piet Mondrian jugó un papel decisivo. Tomando los principios de Kandinsky, Mondrian defiende una concepción analítica del arte, que vaya más allá de las apariencias externas y plasme lo esencial de las formas.

Características del Neoplasticismo:

  • Uso de líneas rectas horizontales y verticales, planos rectangulares y ángulos rectos.
  • Uso de formas geométricas básicas y simples.
  • Colores primarios (rojo, amarillo y azul) más el blanco y el negro.
  • Composiciones regidas por módulos sencillos, como el cuadrado.

El Neoplasticismo también se conoce como De Stijl (El Estilo) o Constructivismo holandés, siendo Holanda el centro de este movimiento. Tuvo como máximos exponentes a Rietveld, Theo van Doesburg, Klee y Mondrian.

En la aparente sencillez de las obras de Piet Mondrian subyace un profundo análisis de lo puro, lo universal, esa estructura básica que rige y ordena todo lo que vemos, eliminando lo superficial para centrarse en la esencia. Por eso utiliza solo colores primarios y franjas verticales y horizontales de color negro.