Cubismo
El cubismo fue un movimiento artístico desarrollado a comienzos del siglo XX, nacido en Francia y encabezado por Pablo Picasso y Georges Braque. Es un estilo de pintura intelectual, formalista y antinaturalista, pero figurativo. En el cubismo se pueden distinguir tres etapas o fases sucesivas, conocidas como periodo formativo, cubismo analítico y cubismo sintético. Al primero pertenece Las muchachas de la calle Avinyó, más conocido como Las señoritas de Avignon, que tanto por su tema de connotaciones eróticas como por su agresividad expresionista y su colorido, no es una pintura propiamente cubista. Sin embargo, en ella están presentes las principales fuentes del cubismo y se anticipan algunas de sus técnicas, tales como la geometrización de las figuras, el uso de la faceta y la visión simultánea de varios puntos de vista. Durante el periodo analítico, las pinturas se concentraron en temas sencillos y cotidianos, como naturalezas muertas con botellas, instrumentos musicales, etc., y utilizando una baja paleta, con grises, negros, marrones y ocres. Picasso y Braque observaban el objeto de todos los lados y agrupaban luego todas esas facetas en una vista única. De este modo incorporaron la multiplicidad de puntos de vista, y lo hacían rodeando al objeto. También se selecciona lo esencial para organizarlo en la tela, en vez de registrar todos los datos visuales, por lo tanto el procedimiento que debía hacer al tema más fácil de reconocer porque lo mostraba desde varios ángulos, obstaculizaba la interpretación de una obra que sus autores insistieron en reivindicar como figurativa. Luego, Picasso y Braque fueron introduciendo detalles figurativos fácilmente reconocibles que actuaran como claves para la comprensión del tema representado tales como naipes, etiquetas, titulares de periódicos, etc. Así nació la idea de collage, que incorpora distintos materiales pegándolos a la superficie del cuadro. Como se puede observar en el collage Naturaleza muerta con silla de paja, en el que Picasso empleó un trozo de hule que reproducía el entramado de las sillas de mimbre y una cuerda que enmarca el óvalo de la imagen, el collage implicó la simplificación de las complejas redes de facetas, la incorporación de la materia y el regreso del color a la obra de los cubistas. Los collages, además dieron paso al cubismo sintético, la tercera etapa, en la que siguiendo el proceso inverso al de la etapa analítica, se parte de formas abstractas para crear una imagen figurativa.
Expresionismo
El expresionismo es un movimiento surgido en Alemania y surge como oposición al impresionismo. Considera que este como un arte descriptivo que no captó la esencia de las cosas. Busca la expresión de los sentimientos y las emociones del autor más que la representación de la realidad objetiva, ya que la belleza y el equilibrio le parecen hipócritas. El expresionismo carece de manifiestos, por su carácter exaltador de la libertad individual. Las dos características básicas de este movimiento son la distorsión expresiva de las formas y el uso emotivo del color. Estos son elementos que también caracterizan la obra de Van Gogh. El más claro ejemplo de una pintura expresionista es un cuadro realizado por Edward Munch a fines del siglo XIX, llamado El Grito. Esta es una pintura muy conocida y muy admirada por los expresionistas, dado que reúne las dos características básicas de la corriente. Pese a que el personaje principal del cuadro, de rostro cadavérico y ojos desorbitados, exhibe una angustiada y angustiante boca abierta, el título de la obra no parece aludir a su propio grito, ya que no solemos taparnos los oídos para gritar. A juzgar por un escrito del propio Munch, se trata del grito de la naturaleza, que perturba al personaje al punto de hacerlo vibrar. Las pinceladas visibles y paralelas pronuncian la inquietante diagonal del puente, ondulan el cuerpo estremecido, arremolinan las aguas y curvan el fogoso atardecer. La vista del espectador no tiene descanso, no puede sustraerse a la desesperante soledad del protagonista, a quien los personajes del fondo, que no parecen oír el grito, dan la espalda.
Por otra parte, Kandinsky realiza un planteo antropológico más general, considerando a todo el arte como la expresión de necesidades interiores, lo que implica un arte angustiado para una época angustiada, la de la “paz armada”. La paz armada es el nombre utilizado para describir el período de 1885 a 1914 en Europa. Fue un momento de intensa carrera armamentista y alianzas militares entre varias naciones que se agruparon en dos grupos denominados Triple Alianza y la Triple Entente.
Futurismo
El futurismo fue un movimiento italiano que tuvo la particularidad de escoger su nombre y definirse por escrito antes de encontrar expresión artística. El movimiento fue encabezado por Marinetti, quien creó el Manifiesto futurista. A los futuristas los unía la reacción al arte oficial y al realismo naturalista, la voluntad de adecuar el arte a la era industrial, y el nacionalismo, promocionado especialmente a partir de la guerra de Libia (conquistada por Italia a los turcos en 1912 como antesala de la Primera Guerra Mundial). Su culto a la violencia terminó por vincular a algunos de sus principales representantes con el fascismo, especialmente al autor del Manifiesto del futurismo y poeta italiano. Por otra parte, una vez que el fascismo conquistó el poder, se deshizo del futurismo, demasiado revolucionario para constituir un arte oficial.
Al igual que el impresionismo, el futurismo guarda relación con la fotografía, en particular con Edward Muybridge, que en Caballo en movimiento logró captar las sucesivas posiciones de un caballo en movimiento en una sola imagen.
Dadaísmo
El dadaísmo fue un movimiento artístico surgido primero en Europa y posteriormente en Estados Unidos. Fue creado en el Café Voltaire en Zúrich (Suiza) en una reunión de intelectuales, y su nombre se debe a que en un diccionario hojearon y tomaron al azar el término dada, que es el primer sonido que emite un niño, caballo de madera o reiteración de la palabra sí en ruso o rumano. La palabra dada es solo un símbolo de rebelión y negación, porque el dadaísmo es contradictorio. En el Manifiesto dada en 1918 se menciona que se está en contra de los manifiestos, y que escribe el mismo para demostrar cómo se pueden llevar a cabo las acciones más contradictorias con un único y fresco aliento. “Estoy en contra de la acción y a favor de la contradicción continua” dice en su manifiesto. Por otro lado, están en contra de los sistemas, y afirman que el único sistema aceptable es el no tener sistemas.
Se trata de una corriente internacional, que más que un estilo constituye una actitud, cuyos propósitos fundamentales son escandalizar a la burguesía y provocar al público destruyendo la idea tradicional del buen gusto. Es por esto que el franco-norteamericano Marcel Duchamp presentó en una exposición en Nueva York un orinal titulado Fuente, y lo hizo con el seudónimo de R. Mutt. Cuando el resto de los integrantes del comité seleccionador del que el propio artista formaba parte se negó a exponerlo, Duchamp dimitió del jurado. Posteriormente, declaró que lo importante no era que el señor Mutt hubiera fabricado por sí mismo la fuente; lo importante era que la hubiera escogido. El trabajo del artista no consistía en hacer la obra de arte sino en reconocerla. Por otra parte, Duchamp descontextualizó el original, lo giró 45º, lo firmó y le confirió un título.
Surrealismo
El surrealismo es un movimiento que heredó del dadaísmo su enemistad con la burguesía y, en teoría, su oposición al arte tradicional. Pero mientras el movimiento Dada era anárquico y crítico destructivo, el surrealismo buscaba una solución para la sociedad. Como su consigna fundamental era la de la libertad, tampoco se presentaba como una escuela artística sino como una propuesta de liberar a la humanidad de las convenciones sociales y morales a través del arte. El surrealismo cuenta con un manifiesto escrito por André Breton. A diferencia del dadaísmo que minimizó el papel del artista, el surrealismo lo reivindicó como el ser capaz de revelar su verdadera naturaleza a través del automatismo y los sueños. Sin embargo, pese a la relevancia que el inconsciente humano adquiere para el surrealismo, sus objetivos son diferentes a los de Freud, ya que mientras que para él, había que hacer aflorar los deseos del hombre para controlarlos y adaptarlo a la sociedad, para los surrealistas se trataba de alentarlos para liberar al ser humano de toda forma de control.
El movimiento surrealista surgió como un movimiento literario, en donde Breton aconsejaba escribir sin tema preconcebido, y deprisa, tan deprisa para no poder tener la tentación de frenar y leer lo que uno escribió. Luego encontró técnicas de aplicación de sus dichos en las artes visuales, como los cadáveres exquisitos. Estos son creaciones colectivas en las que un artista dibuja figuras en un trozo de papel que luego dobla para taparlas dejando únicamente extremos o pistas para que un segundo artista continúe con lo que las pistas le sugerían, pasándola a otro artista y así sucesivamente.
El ejemplo más conocido de una obra surrealista podría ser La persistencia de la memoria de Salvador Dalí. En este cuadro el autor juega con el hecho de que en francés la acción de sacar la lengua significa también reloj blando. Dalí logra en esta obra dos de los objetivos de la pintura surrealista: invertir las relaciones entre las cosas para precipitar una crisis de conciencia general y crear un mundo maravilloso. Para eso se vale de la aproximación en el cuadro de realidades distintas, como la construcción blanda y un objeto material y metafóricamente inflexible como es el reloj, aproximación inesperada que produce shock en el espectador y lo conduce por caminos de alucinación y de sueño.
Arquitectura Racionalista y Arquitectura Orgánica
La característica principal de la arquitectura de principios del siglo XX es el funcionalismo, es decir, que la función es condicionante de la forma. Igualmente esto no significa que se descuide del aspecto estético, sino que este radica precisamente en la funcionalidad. Si un edificio es luminoso, aireado, está armoniosamente distribuido en su interior y está integrado a su entorno, es bello. La arquitectura racionalista se caracteriza por la simplicidad de las formas, del retorno a los volúmenes elementales (cubo, cilindro, cono y esfera) y de la lógica constructiva antes que la evasión ornamental.
Un autor que sirve de ejemplo de arquitectura racionalista es Le Corbusier, y su obra más significativa es la Villa Savoye, una vivienda de lujo con planta cuadrada con sus fachadas vueltas hacia los cuatro puntos cardinales, y que aplica los principios básicos de su arquitectura.
Por otra parte, la arquitectura orgánica, al igual que los organismos vivos, que crecen a partir de su núcleo hacia afuera, implica una concepción de expansión centrífuga donde los espacios se proyectan de adentro hacia afuera y, como en la naturaleza, la forma de los entes tiene que ver con su función. En oposición al racionalismo de Le Corbusier, Frank Lloyd Wright rechazó las “cajas racionalistas”. Sus “casa pradera” organizadas como las viviendas rurales tradicionales norteamericanas, alrededor de una estufa a leña, se caracterizan por el predominio de la horizontalidad y por un programa que plantea: armonizar el edificio con el ambiente exterior, dar a la casa, a sus puertas y sus ventanas proporciones humanas, reducir al mínimo las paredes divisoras, no decorar ocultando el material, integrar calefacción, iluminación y tuberías al edificio, integrar el mobiliario y emplear líneas rectas. Un ejemplo de arquitectura orgánica es La Casa de la Cascada, que está empleada sobre una caída de agua, consta de tres plantas escalonadas y diferentes entre sí. Grandes planchadas horizontales de hormigón se articulan con muros de piedra y cerramientos de vidrio que, a diferencia de lo que ocurre en la Casa Savoye, incluyen los ángulos; nada interrumpe la entrada de la luz y la comunicación del interior con el paisaje natural. La planta inferior posee una gran sala de estar en la que la base de la chimenea es una roca que emerge del suelo.
Planismo
El planismo se caracteriza por su simplificación de las formas y su reducción de las figuras a zonas de color puro determinadas con precisión. El punto de partida del planismo tiene lugar en una exhibición en 1918. Los artistas uruguayos, recogiendo los aportes del postimpresionismo y el fauvismo europeos pero realizando algunas modificaciones, se lanzan a la proyección de una imagen idílica del medio rural y urbano, lo que era un reflejo plástico del optimismo ingenuo de la sociedad de su época.
El artista uruguayo Carmelo de Arzadun con su pintura Fútbol Callejero, conforma un ejemplo de pintura planista. En el cuadro están siete muchachos jugando al fútbol en un barrio suburbano, al atardecer. Las posturas de los jugadores aportan dinamismo al centro físico e iconográfico del cuadro. El tratamiento es sintético y el planismo es apenas atenuado por ciertas variaciones de color que sugieren zonas de luz y sombra (sin llegar a configurar claroscuro) como sucede por ejemplo en las caras sin rasgos faciales definidos, en las camisas de los muchachos y en los cuerpos de los animales. Hay un empleo de paleta alta y una simpleza de las formas. El cuadro registra además la relación entre el tiempo de esparcimiento ganado por la ciudadanía a partir de conquistas como las políticas higienistas promovidas por el estado que enfatizaban la importancia del ejercicio físico, el deporte y el contacto con el aire libre y el sol como agentes promotores de salud.
Nativismo Regionalista
Al elegir el tema de Nostalgias africanas, el uruguayo Pedro Figari está recordando candombes urbanos presenciados en su infancia montevideana, pero los está trasladando a un tiempo anterior, a un ayer idealizado que, más que al pasado apunta al futuro, porque está buscando crear un arte nacional. El título del cuadro alude a la inmigración forzada y, por tanto, a la esclavitud. Hace referencia a las libres expresiones de su identidad colectiva: esa música y esa danza que ya no son africanas sino que se han convertido en uno de los componentes culturales del continente americano al que este grupo ha sido traído contra su voluntad. En el cuadro aparece una pareja bailando candombe en un patio de paredes blancas. También hay un hombre sentado en el centro, tocando un tambor, y es de ahí de donde proviene la música. El ritmo no solo es sugerido por la coreográfica postura de los bailarines, sino también por la alternancia regular de colores de las rayas verticales de las ropas, el fondo y el tambor. El tratamiento es esquemático, planista y pictórico. Se puede apreciar la presencia del cartón usado como soporte del óleo. Por otro lado, hay un predominio de líneas horizontales y verticales. La composición es estudiada y equilibrada a través de la distribución simétrica de las figuras.
Universalismo Constructivo
Joaquín Torres García fue el creador de la corriente estética llamada Universalismo Constructivo. En su obra escrita editada en 1944 titulada de la misma forma, el pintor desarrolla los aspectos del arte a considerar. Sostiene que su arte intenta expresar la comunión del hombre con el orden cósmico. Se basa en los principios de proporción, unidad y estructura. Crea un lenguaje plástico conjugando símbolos y recursos formales simples como líneas horizontales y verticales, figuras geométricas básicas y el uso de la sección áurea. El artista afirma que primero está la estructura, después la geometría, después el signo y finalmente el espíritu.
Por otra parte, existe un centro, denominado molinete, porque resulta de prolongar todas las líneas de un polígono en un solo sentido en dirección horaria o antihoraria, no coincide con el centro físico del plano a considerar.
En el Monumento Cósmico, el módulo generativo o el molinete, es el rectángulo que abarca al signo del sol y a la fecha de comienzo del monumento escrita en números romanos y funciona en sentido horario.
La geometría es el punto de partida de las imágenes. Torres desecha la geometrización del modelo tomado del natural. Las figuras geométricas trazadas por el artista son las que le sugieren objetos. Así, un círculo puede suscitar una rueda, un reloj, una brújula o un símbolo de yin y yang. La relevancia de la geometría en las obras de Torres explica su afinidad con el cubismo. También realiza un homenaje a la geometría colocando sobre el monumento tres volúmenes puros: un cubo, una pirámide y una esfera.