*La Libertad guiando al pueblo* (1830) – Eugène Delacroix
- Fecha: 1830
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Localización: Museo del Louvre
- Género: Tema histórico
El color destaca por encima del resto de parámetros observables. Delacroix destacó a lo largo de su trayectoria, y sobre los pintores de su época, por su particular uso de los pigmentos, puros en muchas ocasiones, que dejaban en un segundísimo plano la línea, tan del gusto de la Academia. Esa viveza de los colores, acompañada del efecto producido al situar dos tonos contrastados, genera un brillo que aporta efectos dramáticos a determinadas partes del lienzo. Apreciamos una composición piramidal. El foco de luz entra por la parte izquierda e ilumina a los personajes que podríamos catalogar como “grandes protagonistas” del lienzo. En conjunto con el color y las pinceladas, sirven para potenciar el movimiento y la teatralidad en la obra.
*Almuerzo sobre la hierba* (1863) – Édouard Manet
- Fecha: 1863
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Género: Parece un paisaje con figuras y bodegón
- Estilo: Precedente del Impresionismo
- Localización actual: Museo d’Orsay, París
En la composición se aprecia una gran “V” abierta, como en *Las Hilanderas*, que deja el centro libre y así nuestra mirada se dirige hacia la bañista envuelta en un paisaje luminoso. También, un primer esquema triangular que enmarca a todos los personajes y que tiene como vértice al pájaro rojo que se encuentra en la parte superior.
Tratamiento de las figuras
Las figuras están concebidas de forma realista, algo estáticas, y mediante su mirada parecen invitarnos a entrar en la escena. Un aspecto esencial y novedoso es prescindir del modelado del volumen tradicional a base de claroscuro producido por la luz, sustituido por manchas planas de color, con lo que los personajes parecen como recortados. Existe un contraste de luz, sombra y luz, desde la luminosidad del fondo y de la bañista, a las sombras creadas por los árboles, que no son totalmente negras sino violáceas oscuras, y de nuevo un espacio iluminado, sobre todo el desnudo, que es donde existe más luz. Predomina el color sobre el dibujo.
*Impresión, sol naciente* (1872) – Claude Monet
Nos muestra tres botes de remos que navegan por el puerto de Le Havre, mientras al fondo, entre la niebla matinal y la humareda de las chimeneas de las fábricas, sale el sol. Con una pincelada suelta y vigorosa, el pintor prescinde del dibujo, centrándose en los efectos que la luz del amanecer ejerce sobre los objetos. Los botes y las personas que navegan en ellos quedan reducidos a simples manchas. La técnica utilizada es fruto de la espontaneidad e inmediatez que exige la pintura al aire libre y el deseo de captar no la representación real del amanecer en el puerto, sino la impresión causada por el amanecer y los efectos que la luz matinal provocan en el agua y el horizonte, donde el humo expulsado por las chimeneas, símbolos de la era industrial, se mezclan con la neblina matinal.
*Catedral de Rouen* (Serie, 1892-1894) – Claude Monet
Estas son sus características:
- Realiza la pintura al aire libre para captar y analizar las variaciones que producen las variaciones de la luz sobre la naturaleza.
- En la composición puede utilizar diferentes encuadres, influencia de la fotografía.
- Emplea colores puros y luminosos, no utiliza el color negro, y las sombras las realiza con el color complementario correspondiente.
- Los colores se aplican con pinceladas rápidas y sueltas.
- Los temas fundamentales son los paisajes (rurales y urbanos), aunque su auténtico tema es mostrar los cambios que provoca en las cosas (colores) la diferente iluminación: la luz que llega casi a desmaterializar las formas.
Por eso realiza “series” como esta o las de la estación de San Lázaro, que responden al deseo de pintar varias veces el mismo motivo, pero a diferentes horas del día o con luces distintas.
*Baile en el Moulin de la Galette* (1876) – Pierre-Auguste Renoir
La escena tiene lugar en el exterior y aparecen numerosos personajes, hombres y mujeres, charlando unos y bailando otros, bajo una luz que se proyecta a través de las copas de los árboles. El cuadro se organiza claramente a través de una diagonal que lo recorre dividiéndolo en dos espacios: el inferior, ocupado por hombres y mujeres organizados en círculo alrededor de una mesa y un banco, charlan de manera distendida. En la mitad superior, formando un círculo más amplio, aparecen varias parejas bailando. En toda la obra vemos ya inequívocas señales de la técnica impresionista, como puede ser el propio tema, la vida urbana, tan del gusto de este pintor, como el predominio del color, que se aplica a base de pinceladas sueltas, y el interés del pintor por captar la luz, filtrada a través de los árboles y que se proyecta en los trajes y en el suelo creando manchas de luces y sombras, violáceas y amarillentas en el suelo o pardas y marrón en la chaqueta del hombre sentado en la silla de espaldas al espectador. El dibujo prácticamente desaparece bajo las pinceladas de color.
*Bodegón con manzanas y naranjas* (1899) – Paul Cézanne
Cézanne representa un bodegón o naturaleza muerta, género representado en variadas ocasiones por el pintor, pues le permitía experimentar en su visión de la pintura. De hecho, para Cézanne, en vez de la luz, el protagonismo en la pintura deben asumirlo las formas que se perfilan en los objetos y lugares que pintamos, porque son precisamente las formas de las cosas las que nunca cambian, por diferente que sea la luz que les dé, y porque son las formas las que realmente sabemos siempre cómo son. Por tanto, deben destacarse las formas en los cuadros. Es más, la mejor manera de reforzar su protagonismo, dándole además una sensación más rotunda a las pinturas, es ir reduciendo esas formas a figuras geométricas básicas, como círculos, esferas, cilindros, cubos, rectángulos, etc. Por lo demás, el color en la pintura de Cézanne sigue teniendo la misma importancia que ya le habían dado los impresionistas, lo que ocurre es que ahora él lo utiliza no para potenciar la luz, sino precisamente para modelar sus figuras de una forma más voluminosa y rotunda, porque son las gradaciones de color y el sombreado con color los que modelan los objetos.
*La noche estrellada* (1889) – Vincent van Gogh
Es una vista desde la ventana de su habitación en el manicomio de esta localidad, donde se encontraba recluido desde el mes de mayo. La obra se divide en dos planos diferenciados, separados por la línea de las montañas. Más de la mitad del cuadro lo ocupa el cielo estrellado, siendo el auténtico protagonista. En la mitad inferior del cuadro se observa el pueblo, cuyas casas aparecen representadas con trazos rectos y del que sobresale el campanario puntiagudo, elemento vertical que rompe la horizontalidad de la composición. En un primer plano aparecen unos cipreses, tema presente en los cuadros realizados en este periodo, que adquieren formas ondulantes que los asemejan a llamas, elevándose y uniendo ambos planos. Las líneas de las montañas del horizonte se ondulan a semejanza del cielo en una dirección ascendente de izquierda a derecha. En el cielo observamos cómo dos espirales se envuelven, mientras once estrellas parecen iluminar la noche como si de lámparas de gas se tratasen. A nuestra derecha, un astro de mayor tamaño, de color naranja, quizás la luna, parece confundirse con el sol. La técnica usada por el pintor es el óleo, aplicado en abundancia (técnica del empaste), con pinceladas vigorosas y cortas que contribuyen a la fuerza expresiva de la obra.