Fundamentación: IMPORTANTE, hay que desarrollar los conceptos de filosofía más, hay una explicación breve.
La secuencia de tres fotos quiere hacer notar la vigilancia que se da actualmente, relacionándolas a su vez con el libro de George Orwell “1984” y conceptos de las clases de literatura y filosofía. Estos son: panoptismo, telepantallas, vigilancia jerarquizada, normalización y cuerpo dócil (para filosofía), y control de los cuerpos, telepantallas, mutabilidad del pasado, propaganda, GH, Winston y O’Brien (en literatura).
Las fotos fueron tomadas desde la plataforma de “AntelTV”, donde se puede acceder a ver las cámaras públicas de algunos puntos de Montevideo. Con la edición de las fotos se busca que se parezca al estado totalitarista de “1984”.
En la secuencia se ve al mismo sujeto a color en distintas cámaras al mismo tiempo y el resto de la escena en blanco y negro. La idea es resaltar las personas no normalizadas -que están en color- sobre las normalizadas -que están en blanco y negro-. Las personas en blanco y negro son, como se dijo con anterioridad, normalizadas, pero también son docilizadas y controladas corporalmente. Estas pasaron por los procesos de normalización en las instituciones disciplinarias, quedando así “iguales” entre ellas. Las que están a color representan a los sujetos normalizados (por eso es la misma persona, pero a color) que “despiertan” de esta igualdad que comienza a desaparecer, porque notan cómo son vigilados y controlados por un poder exterior del cual no se sabe quién lo controla.
Se mencionó al sujeto normal y anormal. El sujeto normal es el establecido por la sociedad y es aquel que tiene determinadas conductas y características que son bien vistas; mientras que el anormal es todo lo opuesto. El último mayormente es puesto bajo vigilancia y estudios, para buscar formas de normalizarlo lo mejor posible o directamente aislarlo en instituciones como manicomios; provocando así que se vuelva un sujeto de estudio por el cual la sociedad se obsesiona.
Las personas docilizadas o controladas corporalmente son aquellas que ya pasaron por las instituciones como escuela, hospitales, etc.; para que sean productivas, pasando por un proceso de sometimiento donde los sujetos son transformados y perfeccionados, dejándolos a todos como “iguales”.
En este caso, en la fotografía, lo más notorio de este tipo de personas es el caminar erguido, no gritar en espacios públicos, entre otros. Los cuerpos que están en blanco y negro ya fueron sometidos con anterioridad, por lo que ya son “productivos” y hay uno en específico (segunda foto de la secuencia) que observa al “raro”, al que actúa anormalmente. También el hecho de que sea a color hace referencia al sujeto “anormal”. El sujeto anormal pudo o no haber pasado por las instituciones disciplinarias y es aquel etiquetado como “loco”, solo por ser “diferente” o no cumplir con lo establecido socialmente. El mismo es sometido a investigaciones (biológicas o psíquicas mayormente).
El hecho de que el resto de la foto sea en blanco y negro es para dar esa impresión de igualdad absoluta, control represivo, vigilancia extrema, relacionándolo a su vez con el ambiente de “1984” que era sombrío y totalitario.
Pasando ahora a la secuencia en sí, en la primera foto se ve únicamente a la persona (a color) mirando a un punto fijo que no se sabe cuál es. Si vamos a la segunda foto, esta es la misma vista de forma más amplia, apareciendo así otro sujeto que está mirando fijo al primero. Este último hace alusión a la vigilancia jerarquizada, siendo esto un sistema de control especializado en la vigilancia entre individuos, pudiéndose dar jerárquicamente de arriba a abajo, de abajo hacia arriba y, como en este caso, de forma lateral, ya que son personas en una situación de igual aplicación de poder. Se observa al individuo “anormal”, al que es “diferente” al resto de la sociedad, pudiendo en una situación hipotética llamar a la policía o emergencia para “controlar al sujeto”, porque podría presentar un “peligro” por ser distinto. También se puede relacionar con la vigilancia que se da durante todo el libro entre compañeros, familiares, la Policía del Pensamiento, entre otros; en este caso sería a nivel público porque las escenas ocurren en la calle.
Por otro lado, se puede decir que el sujeto a color es Winston Smith, siendo este el protagonista en la obra. Es funcionario del Ministerio de la Verdad y pertenece a la clase media, el Partido Exterior, representa, a su vez, al loco/anormal. El que lo observa es O’Brien, el antagonista, miembro del Partido Exterior, de clase alta y representa a la cordura/normalidad. Este vigila a Winston durante siete años hasta que él mismo lee el libro de Goldstein y lo llevan a la habitación 101 para reformarlo e introducirlo nuevamente en la sociedad. La Habitación 101 es una sala en el Ministerio del Amor, un órgano del gobierno destinado a la represión. Implementa la violencia y la tortura como mecanismos de control social, y su función principal es la represión a través de la Policía del Pensamiento y otras fuerzas. Esta habitación es el lugar donde el gobierno lleva a los rebeldes para ser torturados y reformados. El castigo que se realiza en esta habitación es psicológico y personalizado, diseñado para explotar los miedos más profundos de cada prisionero. Antes de ser llevados a la misma, los prisioneros son sometidos a otra forma de tortura más física que psicológica, preparando así su mente y cuerpo para la fase final de su “reforma”.
La existencia de la Habitación 101 no surge de la nada; es una evolución de las técnicas de tortura utilizadas en el pasado. Durante la Edad Media, los herejes y brujas eran perseguidos y quemados, lo que a menudo dejaba mártires visibles que podían inspirar a otros. Sin embargo, el Partido ha mejorado estos métodos: en lugar de crear mártires, ellos “desaparecen” a los disidentes (separarse de la común doctrina, creencia o conducta), reformándolos completamente y luego devolviéndolos a la sociedad como si nada hubiera pasado.
En la última foto, se observa la primera fotografía en su tamaño real, y el resto de cámaras que observan a los individuos normalizados que se han dado cuenta de lo que ocurre. En la primera, ahora se puede observar qué punto de Montevideo es (Palacio Legislativo) y detrás de lo que está ocurriendo entre el “anormal” y el “normal”, Winston y O’Brien, se observa una propaganda en el transporte público, con la cual se hace alusión a la mutabilidad del pasado, utilizando una cita del libro que trata de una situación que había ocurrido con la emisión de botas.
Originalmente se había dicho que se darían unas cien mil (número aproximado) pero terminaron dando sesenta y dos mil. Para que pareciera que Gran Hermano había dado muchas más de lo que se esperaba, para mantener ese amor y aprecio morboso, se cambió el número mencionado por cincuenta y siete mil. Con este cambio dejaron como un “héroe” a Gran Hermano.
En la última foto, donde aparece el Teatro Solís, ocurre la misma situación, un individuo “normalizado” nota que lo vigilan, ya que observa fijamente a la cámara pública. Lo que se ve en el teatro es cartelería de Gran Hermano, siendo este la máxima autoridad en Oceanía. Nadie lo conoce personalmente; su presencia se muestra únicamente a través de carteles y telepantallas. Se le considera eterno, ya que no se sabe nada sobre su origen. Sus ojos, en los carteles, parecen seguir y vigilar a todos, ejerciendo su control sobre los ciudadanos, como una deidad instalada en Oceanía.
Luego se encuentra el INGSOC, también conocido como “Socialismo Inglés”. Es un sistema que perpetúa las desigualdades económicas y sociales, asegurando que nadie pueda cambiar su posición en la sociedad, atrapando a las personas en un estado de inmovilidad. En este caso, nosotros la referenciamos al utilizarla en conjunto con el cartel del ómnibus, para trabajar el concepto de propaganda inductora que hoy en día está en todos lados y de forma masiva. Otros ejemplos, con esta función de manipular e inducir conductas en nuestra vida cotidiana podrían ser la propaganda de televisión, los anuncios en juegos o plataformas de redes sociales, entre otros.
Finalmente, no se puso a un sujeto observando las cámaras (última foto) y estos sucesos, ya que nosotros no sabemos quiénes verdaderamente observan, por eso se le da el papel de “vigilante” al observador, para dejar la pregunta de quién verdaderamente nos vigila. En esta parte también se trabaja nuevamente el concepto de panoptismo, pero de forma actual (es decir, en un estado democrático), por el hecho de que no sabemos si somos o no vigilados, y si lo somos, quién o quiénes lo hacen y con qué propósitos. En el caso de nuestro país, existe “El Guardián”, un sistema que utiliza el Ministerio del Interior con el fin de controlar tanto llamadas telefónicas como mensajería entre usuarios y cámaras.
En la totalidad de la secuencia trabajamos también los conceptos de telepantalla y panoptismo. El concepto de telepantalla se da en todo momento, ya que lo que se está presenciando es una cámara que vigila a la población (en este caso pública, pero pueden haber tantas otras con usos desconocidos). Las telepantallas en la obra de Orwell se encuentran en todas partes, sin una distinción del espacio público y privado. Estas emiten información y envían mensajes, además de registrar todo movimiento y sonido (entre ellos el más mínimo) que realice el individuo, marcando un control absoluto sobre la población. El panoptismo, por otro lado, se da en que la población “no sabe” que los vigilan con cámaras, pero actúan como se les establece desde pequeños, ya que entre los mismos pobladores se están observando. También por el hecho de que el individuo que nota que es observado no sabe si verdaderamente hay alguien detrás de esa cámara, o si funciona, solo la ve y nota lo que podría suceder. El panoptismo surge del estilo de cárceles de Bentham, conocido como el Panóptico. Tiene una forma de anillo y en la periferia de la misma se encuentran las celdas que tienen una ventana al exterior (para iluminación principalmente) y una al centro de la cárcel. En el centro de la cárcel se encuentra una torre que queda visible para todos los encarcelados. Esta tiene una gran luz que evita que se vea si verdaderamente hay alguien dentro de la misma, dejando con la incógnita al preso de si realmente alguien los está observando en todo momento o no, evitando así que quieran intentar revelarse o escapar. Otro mecanismo que se usa es que entre los presos no haya comunicación. Para crear el sistema, Bentham estableció que el principio de poder debía ser visible (el preso tendría la torre en frente de donde podría ser observado) e inverificable (el preso no sabe si verdaderamente es observado o no, pero sabe que siempre puede estarlo). Si lo relacionamos ahora con la obra, el caso más visible de panoptismo es la telepantalla, el objeto de “espionaje” más sofisticado y que todos los del Partido del Exterior deben de tener y siempre prendido (no como en el caso del Partido del Interior que podía apagarla). En el caso de la foto, la telepantalla sería la cámara y la misma sería el medio de aplicación del panoptismo.