Diversidad en el Aula: Adaptaciones para Necesidades Educativas Específicas

Autoconcepto y Autoestima

El autoconcepto es el conjunto de atribuciones (ideas, creencias, conocimientos, habilidades, actitudes y valores) que cada persona tiene sobre sí misma y que la caracterizan. La autoestima es la valoración positiva o negativa que cada persona hace de sí misma. Tanto el autoconcepto como la autoestima cambian a lo largo de la vida del individuo.

Desarrollo del Autoconcepto y la Autoestima

Tanto el autoconcepto como la autoestima se desarrollan a lo largo de la infancia y la adolescencia:

  • Hasta los 6 años: El autoconcepto se basa en características concretas y observables, y la autoestima es alta, irreal e idealizada.
  • Hasta los 8 años: El autoconcepto se forma por comparación con los demás, y la autoestima es más real y descendente.
  • Hasta los 10 años: El autoconcepto comprende la diversidad de capacidades e incluye debilidades y fortalezas, y la autoestima se estabiliza.

Etapas de la Adolescencia

  • Adolescencia temprana (12-14 años): El autoconcepto da especial importancia a las características que influyen en las relaciones con los demás o en la imagen que estos tienen del adolescente. La autoestima varía entre valoraciones positivas y negativas, sin integrarlas adecuadamente, asimilando los cambios iniciales (que al principio afectan negativamente).
  • Adolescencia intermedia (15-17 años): El autoconcepto diferencia situaciones y roles en sus atribuciones. La autoestima reconoce simultáneamente características positivas y negativas.
  • Adolescencia tardía (18-20 años): El autoconcepto incorpora atributos de mayor abstracción (valores, creencias y convicciones morales). La autoestima tiene mayor realismo y estabilidad, integrando equilibradamente aspectos positivos y negativos.

Una baja autoestima puede derivar en síntomas internalizantes (ansiedad, depresión), externalizantes (comportamiento violento) y un peor ajuste social (soledad). Se puede mejorar promoviendo actividades en las que se pueda tener éxito, situaciones en las que se compartan comentarios positivos, flexibilizando los valores sociales deseables o relativizando la importancia de tareas que puedan relacionarse con distorsiones cognitivas.

Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)

El TDAH afecta a la atención e interfiere significativamente en el aprendizaje. Se caracteriza por la inatención y la hiperactividad-impulsividad, que pueden aparecer juntas o de forma individual. Varía en función de la edad y la severidad.

Dificultades de Atención

  • Falta de atención a los detalles
  • Errores frecuentes por descuido
  • Falta de persistencia
  • Cambios de actividad sin finalizar las tareas
  • Dificultad de organización
  • Ignorar tareas que requieren esfuerzo sostenido
  • Distracción frecuente con estímulos irrelevantes
  • Olvido de obligaciones cotidianas

Dificultades de Hiperactividad/Impulsividad

  • Inquietud continua
  • Imposibilidad de permanecer sentado
  • Correr o saltar en momentos inadecuados
  • Hablar excesivamente
  • Contestar o actuar antes de tiempo
  • No respetar los turnos
  • Interrumpir frecuentemente

Consecuencias en el aula: Marginación del alumno (voluntaria o involuntaria). El diagnóstico no tiene un proceso objetivo; los allegados al alumno ayudan al equipo docente. El tratamiento recomendado combina farmacología y psicoeducación. El docente debe evitar distracciones y resaltar las cuestiones importantes.

Discapacidad Intelectual o Trastorno del Desarrollo Intelectual

Incluye deficiencias en funciones como el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, el juicio, el aprendizaje y la comprensión práctica. También deficiencias en el comportamiento adaptativo y dificultades en la autonomía personal y la responsabilidad social. Se requieren apoyos extraordinarios. Desde el punto de vista educativo, es fundamental centrarse en las características de cada caso con relación a los procesos cognitivos, además de buscar desarrollar competencias como autonomía, iniciativa personal, comunicación lingüística y matemática, competencia digital, conocimiento e interacción con el mundo físico y aprender a aprender. Las adaptaciones curriculares significativas permiten ajustar la finalidad formativa a sus posibilidades.

Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Presentan deficiencias persistentes en la comunicación e interacción social, junto con patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Pueden presentar discapacidad intelectual como condición independiente. Las dificultades se relacionan con habilidades mentalistas (teoría de la mente) y coherencia central débil (limita la integración de información). Tienen dificultades para relacionarse y comprender el mundo. En el ámbito educativo, es importante moldear la conducta con instrucciones y explicaciones explícitas. Apoyos: Facilitar las relaciones entre conceptos, claves visuales (mapas, esquemas), estructuración ambiental, organización espacio-temporal y anticipada.

Trastorno del Neurodesarrollo Relativo al Lenguaje

En las primeras etapas del desarrollo se observan dificultades persistentes en la adquisición y uso del lenguaje, debido a problemas en su comprensión o producción. Los problemas en el aprendizaje y la interacción social son consecuencia de la baja competencia lingüística. Las limitaciones lingüísticas repercuten en limitaciones funcionales para comunicarse, participar socialmente y lograr objetivos académicos, sin presencia de dificultades sensoriales, discapacidad intelectual u otra condición. Se ve afectado el lenguaje en general y sus dimensiones (nivel léxico-semántico, habilidades sintácticas y pragmáticas). Es importante considerar que las dificultades en la expresión o comprensión se trasladan a la lectoescritura, además de observar cómo se refleja en el aula. Los fallos en la expresión son más identificables que los de comprensión.