El Panóptico de Foucault y su Influencia en la Novela Distópica ‘1984’
El Panóptico: Una Mirada Omnipresente
Según la teoría de Foucault, el panóptico es un dispositivo disciplinario que busca implantar conductas a la población a través de la vigilancia constante. Este concepto se integra en diversos aspectos de la vida cotidiana, pero es desconocido para la mayoría de la sociedad. El poder se ejerce mediante una mirada omnisciente, centralizada y vigilante que garantiza la transparencia y la visibilidad.
El Ojo en la Mirilla: El Símbolo del Poder de Vigilancia
El ojo en la mirilla representa el poder de la vigilancia. La luz que sale del ojo e ilumina a la persona simboliza el mecanismo por el cual ese poder se ejerce, destacando a un individuo para la observación. Es la exposición total al poder. La identidad individual se suprime bajo este sistema de vigilancia, normalizando y homogeneizando a los sujetos.
El Examen: Un Instrumento de Clasificación y Castigo
El examen es otro instrumento utilizado por el poder disciplinario. Este proceso permite clasificar, calificar y castigar a los individuos. Al observar y registrar a las personas, las instituciones adquieren más conocimiento y, por lo tanto, más poder.
El Biopoder: Control de la Vida
El biopoder es una forma de poder que dirige la vida social, observándola, interpretándola y absorbiéndola. Su objetivo es”infiltrar cada vez más la vid” y administrarla. En ‘1984’, el Partido controla todos los aspectos de la vida de los ciudadanos, incluyendo sus pensamientos y emociones. Este control absoluto puede verse como una forma de biopoder.
El Cuerpo como Máquina: Disciplina y Docilidad
En ‘1984’, la idea del cuerpo como una máquina se refleja en la forma en que el Partido manipula y condiciona a los ciudadanos para que sean útiles y obedientes. A través de sistemas estrictos de disciplina y vigilancia, el Partido educa y controla el cuerpo y la mente de los individuos, aumentando su utilidad y asegurando su docilidad mediante el miedo y la represión.
Disciplinas y Técnicas de Control
Las disciplinas son formas de organización que entrenan a las personas para que obedezcan y trabajen de manera eficiente. En ‘1984’, el Partido utiliza múltiples disciplinas y técnicas para controlar a los ciudadanos, como la vigilancia constante, la manipulación de la información y el adoctrinamiento intensivo.
La Regulación de la Población
también se manifiesta en 1984 a través de políticas que afectan directamente la natalidad, la salud y la vida familiar. Por ejemplo, las relaciones personales están estrictamente controladas, y el matrimonio solo se permite si no existe una atracción genuina entre los cónyuges, ya que la lealtad al Partido debe prevalecer sobre cualquier vínculo emocional. La reproducción se ve como un acto de deber hacia el Partido, eliminando cualquier noción de intimidad o amor. Las disciplinas son formas de organización (como en las escuelas, los cuarteles o las fábricas) que entrenan a las personas para que obedezcan y trabajen de manera eficiente. Dóciles (fáciles de manejar) y útiles (productivos para la sociedad)
Dicho de otro modo, se separa y clasifica al individuo de manera individual para que el poder de la mirada pueda ejercer su cometido ya que esta no se puede efectuar de igual modo sobre un individuo aislado que sobre una masa. Así pues nace un nuevo tipo de sociedad: la sociedad disciplinaria. Esta sociedad tiene como objetivo la conversión del cuerpo en un elemento que ha de ser formado y corregido, creando así cuerpos dóciles y normalizados mediante la vigilancia continua, el uso de métodos correctivos y mecanismos de control en base a castigos o recompensas. Vigilancia está en todas partes. No solo los sistemas judiciales vigilan y controlan a las personas, sino también las escuelas, hospitales, fábricas y otras instituciones. En estos lugares, los profesores, médicos, psicólogos y empresarios tienen poder sobre las personas, a quienes observan, supervisan y evalúan constantemente. Al mismo tiempo, la figura del Gran Hermano nunca se llega a representar en persona, sino que se trata de la idea de una mirada; una mirada que todo lo alcanza y por lo tanto una mirada que impide que haya intimidad alguna. Esto se relaciona de manera directa al ojo que pusimos en la puerta, es decir, nunca se ve quien es el que vigila, sin embargo este ojo que todo lo ve. Este libro nos hace retomar el concepto de panóptico, pues volvemos al planteamiento de la mirada como poder absoluto. Nos encontramos ante un Gran Hermano omnipresente cuya observación se produce a través de las ya mencionadas tele-pantallas o carteles: lo ve todo sin ser visto; y es así como se ejecuta la represión. Al nunca ser representado como una persona podríamos deducir que existe la posibilidad de que fuera una mera invención o una abstracción con fines dominantes. Imponer conductas al conjunto de la población a partir de la idea de que estamos siendo vigilados. Se busca generalizar un comportamiento típico dentro de unos rangos considerados normales, castigándose las desviaciones o premiando el buen comportamiento.”
Con respecto al vínculo de la fotografía con la novela distópica de George Orwell, vemos a un sujeto central escribiendo un diario, este mismo hace alusión a Winston Smith. Es el protagonista, todo se centra en él. Trabaja en el Ministerio de la Verdad (la clase media). En este ministerio trabaja cambiando la información, a favor del partido.
Winston tiene 39 años, esto le proporciona los recuerdos que cuestionan al INGSOC (Socialismo Inglés). Recuerda lo que pasaba antes de que el partido se haya instalado, con mucho esfuerzo lo que sucedía en esa época, para contrastar la realidad. También es parte de que tenga una actitud utópica, querer ir en contra del partido. En la novela, se describe cómo vive Winston Smith: su apartamento está en el séptimo piso de un edificio dañado por la guerra, sin ascensor ni electricidad, por lo que debe subir las escaleras con dificultad debido a su edad y a una úlcera en el tobillo. La guerra constante es un invento del Partido para mantener a la población bajo control, generando miedo y escasez. Mientras la mayoría vive en miseria, solo los cuatro ministerios permanecen en buen estado. Winston, al igual que muchos otros, sufre por las malas condiciones de vida, comiendo lo mínimo (como pan y ginebra) y enfocándose solo en sus necesidades básicas, lo cual es otra forma de control del Partido. Escribe un diario personal en el que reflexiona sobre la situación en Oceanía. Aunque no hay leyes en el estado totalitario en el que vive, él asume que es algo prohibido, ya que implica pensar y analizar lo que sucede, algo que el Partido no permite, la escritura está prohibida y cualquier tipo de reflexión o crítica al Partido se considera peligrosa. Todo se hace verbalmente para evitar que la gente piense de manera independiente. El acto de escribir de Winston es, por tanto, un acto de resistencia contra el control del Partido. La “habitación 101” es un lugar en el Ministerio del Amor donde el Partido controla a los disidentes mediante castigos físicos y psicológicos. Winston es considerado “anormal” o “loco” porque piensa diferente al Partido, y la “curación” de su “locura” es reprimir su pensamiento independiente para que se adapte a las normas del INGSOC. A través de la Policía del Pensamiento, reprime a quienes no siguen ciegamente la doctrina de Gran Hermano, usando métodos de castigo físico, y tortura psicológica, ajustados a los miedos de cada persona. En la “habitación 101”, cada individuo enfrenta su mayor temor como forma de control personalizado. Winston es forzado a traicionar a Julia, su única conexión humana, lo que muestra que cualquier vínculo fuera del control del Partido es roto. Se rinde completamente, diciendo que ama a Gran Hermano, representando su “normalización” y la dominación total del INGSOC.