A finales de los años cuarenta, con el estreno de Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo, se produce una inflexión en el curso del teatro de posguerra que rompe con la línea de evasión común hasta entonces. Se deriva hacia preocupaciones más humanas, sociales y políticas.
Otros datos confirman esta nueva tendencia: en 1950 se estrena En la ardiente oscuridad, primera obra de Buero (que no fue estrenada en su momento). Se representa, además, en Madrid, La muerte de un viajante, Sigue leyendo