La España de principios del siglo XVII presentaba unas características que la diferenciaban del resto de Europa. Era un país muy condicionado por las ideas contrarreformistas y cerrado al exterior por miedo a que las ideas que circulaban por el continente contagiasen la pureza de la fe católica.
En el nuevo siglo, el XVII, la mala gestión política y económica de los monarcas españoles y de sus validos llevó al Estado a la ruina. La inestabilidad del país, la depreciación de la moneda y Sigue leyendo