INTRODUCCIÓN
Los musulmanes que entraron en la península Ibérica a raíz de la invasión de Tariq, tras su victoria sobre el rey visigodo Rodrigo en la batalla de Guadalete (711), se fueron asentando en la costa levantina y en los valles del Guadalquivir y del Ebro.
En los territorios del norte, protegidos por la cordillera Cantábrica y los Pirineos, surgieron los primeros núcleos de resistencia cristianos, que, posteriormente, iniciaron su expansión, principalmente en la zona occidental.