La sustancia extensa: el mundo
A partir del cogito, Descartes no ha podido demostrar la existencia de la realidad. La veracidad de Dios garantiza que existe el mundo exterior al pensamiento, la infinita bondad de Dios no permitiría que nos engañásemos al percibir los cuerpos como dotados de extensión. Si fuese falso, Dios nos estaría engañando y en consecuencia, no sería Dios, sino un genio engañador.
Llegado a este punto, se advierte la importancia de la tercera razón para la duda formulada Sigue leyendo