En la lengua, como en la vida, todo está sujeto al cambio, y ningún elemento lingüístico es más susceptible de cambio que el significado de las palabras. Las transformaciones sociales de una comunidad suelen llevar aparejados nuevos usos lingüísticos que expresan, con más acierto, otros modos de concebir el mundo y relacionarse con él: nuevos inventos y costumbres exigen nuevas palabras, por lo que una lengua viva está en permanente transformación. En cada nueva situación comunicativa Sigue leyendo