Más que de personajes en esta novela cabría hablar de almas: de un cura, una muchacha, un hombre y un idiota.
Almas que pasan sin vestimenta humana. No nos dice el autor si sus cuerpos eran altos o bajos, fuertes o débiles. Pueden ser como se quiera. Apenas nos dice tampoco el sexo, porque en esta ficción de Unamuno, como en casi todas las suyas, las personas no son hombres y mujeres, sino padres e hijos; y ésta es una de las características de su obra. A menudo llama maternal al alma de un Sigue leyendo